Exportar Historias

Exportando Historias.

Venezuela, el país mas hermoso para tener y ver realizados sueños familiares, de esos que incluyen dos hijos, una casita color suave para no parecer llamativos, un jardín con un gran árbol donde colgar un viejo neumático que sirva de columpio para los pequeños de la casa y, ¿por qué no?, un perrito de esos miniaturas que se ven graciosos con vestidos y cuanta tontería disponen los niños colocarle. Pero, ¿acaso no todo empieza con la odisea de encontrar esa persona que comparta esa misma ilusión y tenga pensado realizar de la manera mas perfecta (con todo lo que implica la perfección de las relaciones) ese sueño? Veamos a continuación unos pequeños detalles a considerar.

Según pude leer recientemente, las personas tienen el 82% de probabilidad de encontrar a su pareja a los dieciséis años de edad. Tomando como cierta esta valoración y aplicándola a la juventud venezolana, encontramos que aproximadamente 320.000 nuevos matrimonios estarían formándose dentro de unos 5 años. Esto sin considerar que existe una gran numero de parejas “forzadas” que ya han iniciado esta carrera mucho antes de los quince años y que la siembra de valores en los hogares y escuelas es cada vez mas estéril, pero esto es harina de otro costal.

Vayamos directamente a ese gran número de jóvenes que se les esta inculcando la idea de hacer vida en otro país debido a las cada vez mas crecientes carencias que tenemos los venezolanos. Parece ser esta, la mejor y más factible opción de los padres preocupados por sus hijos y su futuro; incluso parece ser la nueva meta de los padres que, más que preocupación por el desarrollo profesional de los hijos, ven una futura carga cuando la muchacha o el hijo aun adolescente “meta la pata”. Expresiones como: “A fulanito le va muy bien trabajando de mesonero en tal país”, “Mi hijo está echando pa`lante, esta trabajando allá y manda platica” o “Dejo a los dos hijos y la mujer aquí, pero pronto los manda a buscar”; suelen escucharse casi a diario en cualquier cola donde uno se encuentre.

Entonces, ¿dónde quedan los sueños, de esos bonitos que parecen de películas?, ¿dónde están esas ilusiones de recorrer juntos el país y llevar a los muchachos para la gran sabana?... lamentablemente nos estamos quedando sin protagonistas. Solo es posible ver jóvenes planificando, preguntando y haciéndose de recursos para emprender ese tan ansiado viaje al exterior que permita echarle una mano a papà y mamà. Nos quedamos sin historias que contar a los nietos que empiecen con salidas al cine, cenas, bailes y la picardía del enamoramiento. Nos llenamos de historias cada vez mas tristes de personajes que partieron, consiguieron lo buscado en otras tierras y dejaron atrás los sueños de niños en su país; peor aún ya casi no tenemos sueños, sino que vivimos a la sombra de las historias de éxito de aquellas personas que tuvieron las bolas de irse a buscar su futuro. Nos quedamos exportando nuestras historias a otras tierras…