En mi niñez tuve correcciones en la papelería cuando trataba de pedir esa cartulina con colores resaltantes y/o cuando iba a describir alguna luz que brillase en la oscuridad. "Se dice fluorescente", por supuesto yo le llamaba fosforescente ya que había escuchado a algunas personas referirse a esos colores de tal manera.
Pasó el tiempo y nunca investigue dicha incógnita de mi infancia (pues en realidad, ya la creía resuelta), simplemente decidí decirle fluorescente por aquellas veces en que me corrigieron, y pensé además que sonaba mejor. Además que a la larga ya nadie me corregía, supongo que ellos también creían que era adecuado.
Pero, entonces llegó ese momento. Un señor muy sabio al que conozco, usó el término "fosforescente".
No quise corregir y tampoco pregunté, pero al llegar a mi hogar... lo volví a olvidar (jeje), por fortuna escuché la misma palabra en los canales History y Natgeo la misma semana, estos refrescaron mi memoria y me quedé pensando "esto merece una investigación". Resulta que ambas palabras existen y cumplen mecanismos distintos, pero el resultado es similar.
Básicamente se refiere al compuesto que genera el brillo, pues ambos adjetivos describen materiales y procesos que absorben la energía de electrones de alta radiación (luz azul o ultravioleta) y luego es emitida a una frecuencia más baja.
Son fenómenos parecidos porque en cada unos absorbe luminiscencia de una fuente externa bajo radiación y es transmitida desde su cuerpo físico en una onda diferente; pero en el caso de la fluorescencia, la emisión de luz cesa si se aleja del foco que irradia la energía. Mientras que en el caso de la fosforescencia, la luminiscencia perdura un poco más luego de desaparecer la fuente que la produce.
En muchas ocasiones no distinguimos la fluorescencia de la fosforescencia, pero para poder salir ilesos de esta duda describiré los casos con algunos materiales:
Hechos con el mismo material con el que hacen la tinta o pintura que brilla con lámparas ultravioleta, rayos catódicos o rayos X. Pues el proceso termina casi inmediatamente cuando la fuente de energía cesa. Sin embargo, el color del material por si solo (sin fuente lumínica) suele ser bastante llamativo, pues son colores luz.
Las estrellas que compramos para colocar en el techo es un material que da ejemplo a la fosforescencia, ya que la energía una vez almacenada puede llegar a tardar horas en ser liberada. Estas también pueden adquirir luminiscencia en la oscuridad con la absorción de otras fuentes de luz, natural o bombillos "comunes y silvestres", ademas de las luces mencionadas.
Ahora, dejo un vídeo corto que muestra un ejemplo sencillo:
¡Ahora puedes pedir la cartulina fluorescente! 😄
Sacado de mi blog en Blogspot (http://somatosensorial.blogspot.com/2011/06/fluorescente-o-fosforescente.html),
anecdota del 2009.
anecdota del 2009.
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