Los demonios de mi mente
asoman por la ventana
saludándome con un murmullo
al levantarse el alba.
Encienden mi libido,
me embriagan de deseo
y lo transforman en una soledad.
Los demonios de mi mente
conocen mi nombre oculto,
buscan entre mis secretos
y juguetean con todos mis recuerdos.
Se ríen de mis desencantos,
se burlan de mis anhelos
y me dicen: "Ríndete ahora".
Los demonios de mi mente
me llaman por mi nombre,
se acurrucan en mi corazón
y comen del plato de mi mesa.
Toman mi alma entre sus manos
y con caprichosas formas
me transforman en un ente nuevo.
Los demonios de mi mente
tienen tacto de mujer
y con dulce encanto
me conducen de la mano.
Me abandonan en un desierto
triste, silencioso, derrotado
confrontándome con mi identidad paranolmal .
Y al llegar la noche
repiten con cínica dulzura:
"Duerme, descansa tu alma atormentada,
mañana todo estará bien".