Rompí con mi llanto.
Las cadenas que me ataban a tí.
Fueron gotas de eslabones.
Que me dejaron no sentir.
Siempre fuí rocío.
En mis días tristes y secos.
Esos que por ahogo.
Sufriendo a tu lado...
Se pudrieron de viejos.
Ahora que lejos estoy de ti y de ellos.
Mi corazón brotó de nuevo.
Otra vez la vida...
Acarició mi respirar.
Y el amor en otros huesos.
Volví a gozar soledad.
A querer dormir...
Para despertar de nuevo.
Vida, aunque sea tarde ya.
¡Vida!...en mi te tengo.
Dejé la muerte atrás.
Velando su propio entierro.
Poema propio.
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