Enamorada del romántico amanecer que pintaba una fragante sonrisa en mi rostro me dispuse a observar las montañas tan imponentes, incomparable ante cualquier edificio de la gran ciudad derrochando armonía me hacía suspirar, el aire fresco entraba directamente a mis pulmones como si lo estuviesen invitando a pasar, sentí como mi alma era purificada por algo tan limpio y natural. Desperté de mi reflexión para seguir el camino mi gato ronroneaba esperándome en el interior del auto mientras yo terminaba de despedirme de esos ancianos tan maravillosos que nos dieron asilo, les deje un pequeño detalle en agradecimiento pero ellos con mucha modestia no querían recibirlo, hasta que casi obligados logre dejárselo.
El vaivén de mis manos marcando un adiós me llenaba de nostalgia no tenía la menor idea de cuando volvería a verlos, ya se veían chiquititos detrás de nosotros cuando saco y reviso algunas de las notas que guiaban el sendero mientras seguía observando ese hermoso pueblo pintoresco, las personas nos saludaban desde el camino mientras sacaban a comer a sus animales, daba la impresión de estar en un jardín cuidado por el mejor de los jardineros. Mi piloto no paraba de hablar de las historias de nuestros nuevos amigos ya quería vivir esas experiencias ahora más que nunca quería seguir, su amor por los viajes era un sentimiento que siempre estuvo allí esperando ser descubierto. El en su eufórica emoción y yo escribiendo en mi diario todo lo relatado con mucha precisión.
Más animados seguimos el recorrido esperanzados en llenar nuestros corazones, dejando la exuberante selva un poco más atrás empezamos a ver paisajes más tristes, ahora los colores eran opacos había mucha contaminación, desechos acumulados a orillas de la autopista, era algo deprimente mirar hacia los lados, habían trabajadores de lado y lado llenando sacos de verduras pero no lográbamos ver el bosque, un clima frio y desolado nos asustaba. No podía creer la diferencia de los entornos estando tan cerca el uno del otro, no entendía porque tenía que ser así, muy sorprendido pisando el acelerador mi piloto no quiso mirar más a los lados, la desilusión era tajante los cambios en la naturaleza por intervención del hombre eran muy notorios podíamos ver caras de cansancio entre los pobladores, debíamos parar a comer habían pocos lugares, y todos llenos de personas.
Conseguimos un pequeño lugar sencillo y económico donde pudimos degustar un rico almuerzo, allí aprovechamos para entrevistar a una dama que tenía 10 años trabajando, quien nos relató la verdadera historia de ese pueblo dijo que era tan bello como el anterior solo que avariciosos hombres descubrieron que las tierras eran muy fértiles a lo que decidieron comprar grandes extensiones de tierra para trabajarla. Fueron cambios drásticos que llegaron sin ser llamados, cometieron muchos delitos desviaron cauces naturales del rio para aprovechar las cercanías de los cuerpos de agua en sus sembradíos, talaron muchos árboles para vender la madera y aprovechar los terrenos vacíos para seguir sembrando. Eso era algo muy lucrativo pero que desvestía la naturaleza robándole su belleza, los suelos desnudos ya no tenían vida las aves emigraron y los animales del bosque morían cada día.
Ahora quedaban solo pocos cautivos como mascotas mientras otros con peor suerte eran vendidos a turistas sin corazón alejándolos cada vez más de su entorno extinguiéndolos. Esta práctica la llevaban haciendo desde hace muchos años, a pesar de los esfuerzos para frenar el daño no se ha logrado nada, el nivel de ambición era exagerado arrastrando a su paso ruina.
Cayó la noche entre la tertulia debíamos buscar un lugar donde acampar, pero no sabíamos dónde casi todo estaba arado y el frio era apabullante, la ausencia de árboles permitían el paso libre del frio viento, seguimos el recorrido para llegar a un lugar cercano al rio, mi viejo mapa no me defraudo aunque el lugar estaba muy desolado pudimos organizar nuestras cosas para levantar la campaña, la noche tan oscura me recordó mi café de las mañanas que tanto extrañaba este era el momento justo para disfrutarlo, mi piloto como le llamo a mi esposo estaba muy cansado el día fue muy rudo con nuestros cuerpos, no encontraba como armar la carpa entre la oscurana molesto encendió su lámpara mientras yo tomaba la batuta en la tarea.
Después de luchar varios minutos logramos levantar la tienda helada como las madrugadas donde la abuela cuando era muy niña. Tan exhausta mi piloto notoriamente enojado no quería seguir el camino, para él fue un viaje muy deprimente, desde que llegamos a ese lugar tan hostil su humor se había transformado no satisfecha con su talante me dispuse a recordarle lo bueno del viaje, no habíamos notado que las estrellas nos alumbraban de manera impresionante, eran incontables la navidad había llegado al cielo tan profundo y nos reconcilio con el viaje, ese cuadro nos cautivó era como una recompensa del universo, así que comencé a escribir todo lo que vivimos ese día hasta que me quede dormida con el cuaderno en mis manos.
Ese día entendimos que el mejor camino era la perseverancia, y a pesar de los malos momentos siempre habrá una recompensa esperando por nosotros
Aqui les dejo los post anterior a este para que si les gusta lean la secuencia. Espero que las disfruten
Divorciados de la rutina Día 1
Comienza la aventura Dia 2
Me encanta!!
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gracias amiga. Saludos
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