Esta es una película japonesa, dirigida por Shunji Iwai, que fue estrenada en 1995 y puede catalogarse como un drama romántico con un toque de comedia.
La sinopsis dice que cuenta la historia de una mujer, Hiroko, cuyo prometido falleció hace dos años a causa de un accidente escalando y que ella decide escribirle una carta a él (ya muerto, claro) y entonces recibe una respuesta. Ese planteamiento hace pensar en algo sobrenatural (tipo Ghost o alguna comunicación con el más allá) o en que tal vez el prometido no estaba muerto, lo que sería algo bastante rebuscado dadas las circunstancias de la muerte. Sin embargo, la trama no se va por ninguno de esos dos caminos; y en ese punto tengo que aplaudir la intención del director en sorprender con lo que vamos descubriendo, no porque sea fantástico o sobrenatural, sino precisamente por todo lo contrario.
El prometido de Hiroko se llamaba Itsuki Fujii. Al ver su anuario, decide enviar una carta a la dirección que allí aparece, pero al recibir respuesta y oír de la madre de Fujii que la casa ya no existe, se inquieta un poco. Un amigo la lleva hasta Otaru (la ciudad donde estaba la casa) y confirman, a través de un tercero, la desaparición de la casa... pero la dirección no es la misma. Descubre así entonce que estuvo escribiendo a otro Itsuki Fujii, o mejor dicho, a otra, porque se trata de una mujer. Esta Fujii le cuenta que ella estudió con su prometido y que a causa de la igualdad de los nombres, el instituto fue un desfile continuo de bromas por parte de sus compañeros. Entonces, Hiroko inicia con Itsuki un largo intercambio epistolar para conocer más de los años escolares de su fallecido novio. Contándose cosas, ambas complementan la imagen de ese Itsuki Fujii que ambas conocieron en distintas etapas de sus vidas y que parecieran no ser el mismo hombre.
De allí en adelante la película desarrolla dos historias, una nostálgica y otra romántica, aunque no por eso más alegre. La primera de ellas es la de Hiroko, que debe seguir adelante, superar la muerte de su prometido y continuar su vida, por doloroso que sea. La segunda la de Itsuki que va descubriendo a través de los recuerdos evocados lo que nunca notó en su adolescencia: que su tocayo estaba enamorado de ella. Se desprenden de estas historias reflexiones profundas y conmovedoras respecto al amor, la pérdida de un ser querido, el amor en la adolescencia, las oportunidades perdidas, el dejar ir, la amistad, e incluso lo doloroso que a veces puede resultar amar a destiempo o amar sin darse cuenta.
La cinta es bastante calmada, como la mayoría de las películas asiáticas, pero tiene momentos muy románticos que contrastan en buena forma con los dramáticos, las actores cumplen y el producto final, aunque no sobresale demasiado, resulta fácil de ver sin aburrirse. Le doy un 6,5/10 porque aunque es una bonita historia, muy original, a mi parecer no resulta memorable, dejando esa sensación de haber visto algo agradable y la seguridad de no repetir la experiencia.
no he sido muy seguidor del cine oriental, a excepción de las películas de akira toriyama, quien considero uno de mis favoritos, demuestra que el cine de estos países es muy bueno en general, pocas películas que he visto me han parecido malas
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Coincido. He visto muy pocas decepciones. Quizás se deba a que aquellas que logran trascender fronteras son las mejores y en base a eso juzgamos. Gracias por leerme.
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