A pesar de los beneficios millonarios que aportaron las relaciones comerciales con el CAME y los abundantes créditos y proyectos de cooperación que Japón, España, Francia, Suecia, Argentina y otros países facilitaron en la década del 70, la ineficiencia del modelo cubano obligó al Gobierno a renegociar el pago de su deuda externa en 1982.
Agudizada por la pérdida de la subvenciones soviéticas y la Ley Torricelli, la ineficiencia devino crisis. Sin embargo, en lugar de emprender reformas se optó por medidas paliativas y coyunturales, de modo que en su esencia las bases del modelo totalitario no cambió. Entre esas medidas paliativas, en 1993 se despenalizó el dólar para asumir algunas funciones del peso cubano, originando con ello la segunda dualidad monetaria en nuestra historia. (La primera dualidad monetaria tuvo lugar durante el gobierno de José Miguel Gómez, en 1914, que creó el peso cubano, que circuló paralelo al dólar y con el mismo valor hasta 1959.)
Diez años después, entre otras razones para borrar la imagen negativa del billete del "enemigo", el Gobierno creó el peso convertible (CUC); le asignó un valor similar al dólar; las tiendas minoristas, que comercializaban en dólares, empezaron a hacerlo en CUC; se le impuso un gravamen de 10% al dólar y se revaluó la tasa de cambio del CUC en relación al dólar en 8%.
seguir leyendo:http://www.diariodecuba.com/cuba/1521710736_38159.html