El Diario de Ana Frank no fue escrito únicamente por la joven judía, sino que de hecho fue co-autor su padre, Otto Frank, después de la guerra. La fundación que posee los derechos de autor del libro ha admitido finalmente.
Según un artículo publicado en el blog personal de Peter Winter, historiador del Holocausto y autor del best-seller The Six Million: Fact or Fiction, los titulares de los derechos de autor del diario han admitido la participación de Otto Frank en un intento de ampliar su control del manuscrito.
Según Winter:
El Fondo de Basilea, Suiza, Anne Frank Fonds (Fondo Ana Frank) -que controla los derechos de autor del Diario de Ana Francia- ha admitido que el libro fue, de hecho, al menos co-autor por Otto Frank, el padre de Ana, después de la guerra.
La admisión demuestra que el libro, que todavía es altamente promocionado como "memorias del holocausto", es de hecho en gran parte una fabricación de la posguerra que contenía partes del diario de la joven Ana con amplias adiciones añadidas por su padre.
Esto es obvio incluso con una mirada superficial al diario actual. Véase, por ejemplo, la imagen de abajo de las dos páginas del diario, que muestra tanto la escritura de Ana, que es realmente juvenil, como la escritura de su padre, que es obviamente adulta, aunque firma sus anotaciones como "Ana Frank".
Como ha señalado el New York Times, cuando "Otto Frank publicó por primera vez el diario y los cuadernos de su hija con cuadros rojos, escribió un prólogo que aseguraba a los lectores que el libro contenía sus palabras, escritas mientras se escondían de los nazis en un anexo secreto de una fábrica de Ámsterdam".
Los derechos de autor normales sobre los libros se extienden solamente 70 años después de la muerte del autor. Cuando Ana Frank murió de tifus en Bergen Belsen en febrero de 1945, el libro teóricamente entró al dominio público en febrero de 2015.
Pero, como dijo el New York Times, el Fondo Ana Frank ha decidido ahora tratar de extender los derechos de autor del libro más allá del período de 70 años, al admitir que Otto Frank, que murió en 1980, fue un "coautor" después de todo.
Las implicaciones de esta admisión son obvias. Como dijo el New York Times:
Mientras que la fundación, la Fundación Ana Frank Fonds, en Basilea, señaló sus intenciones hace un año, las advertencias sobre el cambio han provocado un furor a medida que se acerca el plazo. Algunas personas que se oponen a la mudanza han declarado que desafiarían la fundación y publicarían partes de su texto.
Los funcionarios de la Fundación "deberían pensar muy detenidamente en las consecuencias", dijo Agnès Tricoire, abogada de París especializada en derechos de propiedad intelectual en Francia, donde los críticos han sido los más vociferantes y están organizando un desafío. "Si sigues sus argumentos, significa que han mentido durante años sobre el hecho de que sólo fue escrito por Ana Frank."
