Segundo hábito de la gente efectiva, empezar con un fin en mente.

En la anterior ocasión, logramos analizar los atributos, rasgos y características de la proactividad en las personas, que comprende el primer hábito de la gente cuya efectividad en sus vidas es alta. Para esta oportunidad conoceremos el segundo hábito en este importante orden, que lleva por nombre “empezar con un fin en mente”.

Las personas que empiezan a diario con un fin en mente, son sin duda todas aquellas que viven la vida con sus fines claros, que además tienen una amplia visión de cómo desean ser recordados. Pero no consiste únicamente en eso, sino que a su vez entienden el significado de la vida como una máxima expresión, con el significado más importante, tomándola como un todo a cada instante.

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Cada etapa de sus vidas representa la más valiosa y oportuna para dar el máximo de ellos mismos, y no perder el tiempo en lo que no signifique lo más importante en sus vidas. Al tener todo esto presente, las personas efectivas pueden tener por seguro que cada día contribuirán de manera significativa a lograr esa misión que ellos mismos se proponen en la vida, y que lo que realicen cualquier día en particular no afecte sus propósitos que son para ellos considerados de “suprema importancia”.

Empezar con un fin en mente es el hábito número dos en el reconocido libro de “los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” de Stephen R. Covey, el cual conlleva el significado del liderazgo personal. El cual partiendo de la iniciativa, de la capacidad o habilidad de elegir nuestras respuestas, de controlar nuestras propias vidas (Proactividad), significa darle sentido tanto a nuestras vidas como a cada día que vivimos por medio de planes, objetivos, metas y sueños. En otras palabras, responde constantemente la pegunta de ¿Cuáles son las cosas que deseo realizar?

Este hábito nos permite en todo momento dar los pasos adecuados en la dirección correcta, entendiendo en todo momento donde nos encontramos y hacia donde nos estamos dirigiendo. El liderazgo nos permite tener la característica de ser un visionario de nuestro propio destino, y la capacidad para darnos cuenta si estamos haciendo lo debido para alcanzarlo, estando en el rumbo indicado.

Es debido a que no necesariamente por ser activos, estar muy ocupados, trabajar mucho, hacer día a día lo que consideremos “necesario” para llegar a ser exitosos sea lo suficiente para alcanzarlo, puesto a que pudiéramos estar haciendo muchísimo pero en el camino incorrecto.

Para poder poco a poco subir en la escalera del éxito es necesario que la misma esté apoyada en la pared correcta, de lo contrario todos nuestros esfuerzos y acciones nos hará llegar más rápido a final del camino erróneo. Existen dos principios fundamentales que rodean a este segundo hábito, los cuales son la creación mental y posterior la creación física, en fin el principio establece que las cosas se crean dos veces.

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La creación mental son aquellos objetivos que uno se ingenia y traza desde un principio cuando nos planteamos lograr algún objetivo, incluso antes de dar el primer paso lo creamos en nuestras mentes con todos los detalles por muy mínimos que sean.

Mientras que la creación física es la materialización de todas esas ideas, con acciones más reales que den el sentido a esa creación mental, es el complemento del primer principio.

Por ejemplo, si queremos crear una empresa y queremos tener éxito, es necesario definir con claridad lo que se está tratando de lograr. Pensar con mucha cautela en el producto o en el servicio que uno desea comercializar, trazándose objetivos en el mercado y posterior a esto, organizar todos los elementos necesarios para llevarla al éxito que deseamos. En la medida con el que se empiece con un fin en mente determina si se puede o no crear una empresa exitosa.

Cuando uno comienza con un fin en mente, cambia la perspectiva en gran medida, logra una totalmente distinta, es la razón por la cual este hábito se le atribuye a los líderes, a todos aquellos con la habilidad y destreza para ser en todo momento una guía tanto para sí mismo como para sus seguidores, de tener la capacidad de resolver situaciones dificultosas en vez de abandonarlas por su complejidad. Un líder actúa, supervisa las situaciones y por último concluye si se está o no en el rumbo deseado.

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Por último, existen numerosos métodos para emplear el segundo hábito de la gente efectiva, pero les recomiendo en todo momento el descrito en el libro mencionado al principio del post que sugiere que: “El modo más efectivo para comenzar con el fin en mente consiste en elaborar un enunciado de la misión, filosofía o credo personales. Se centra en lo que uno quiere ser (carácter) y hacer (aportaciones y logros) en los valores y principios que dan fundamento al ser y hacer”.

Esa forma en la que nos centramos es la que nos dará primeramente el norte de las cosas y además, enfocarnos siempre en lo que realmente deseamos alcanzar.

Espero saber que les pareció este segundo hábito y que también lo pongan en práctica.

Si aún no conocen o no han leído sobre el primero de estos hábitos, los invito a que lo hagan visitando mi perfil @danielct. Allí lo encontraran.

Nos vemos en otra oportunidad con el tercer hábito de la gente altamente efectiva.

Gracias por leerme..