Los hermanos mellizos Fernando y Roberto tuvieron la virtud de siempre tenerse el uno al otro, la madre siempre tuvo por regla general repartir por iguales partes todo, desde el amor hasta lo material.
De niños los vestían con las mismas ropas, les compraban juguetes iguales, todo igual que ellos en pares, lo único que cambiaba era el color para poder distinguir uno del otro.
Al llegar a ser adultos todo aquello había cambiado, aunque eran muy parecidos físicamente ya no eran los mismos hermanos que desde niños eran unidos y similares en todo.
Fernando, sentía rencor por su hermano ya que aquel le echaba en cara todo aquello que había obtenido a través de los años con esfuerzo y trabajo, mientras que el aún vivía con su madre y no podía revertir aquello que tanto le molestaba.
Roberto por su lado amaba a su madre y a su hermano, este apenas pudo empezó a mandarle dinero a su madre con la cual pudo mantenerse con Fernando.
Aquellos hermanos se trataban solo por ratos, ya que Roberto sentía aquella incomodidad de su hermano cuando llegaba a la casa de su madre. Llegaba en una camioneta del año, usaba traje, zapatos bien lustrados, lentes negros impactantes y un reloj tan brillante que se podía ver desde lejos. Roberto había estudiado abogacía y luego administración de empresas, con estos conocimientos había iniciado un bufete de abogados, debido a esto percibía una gran entrada de dinero.
Mientras que Fernando había estudiado medicina, pero abandonó a mitad de carrera y se dedicó a ir de fiesta en fiesta, conoció las drogas y nunca pudo alejarse de ellas, ahora está limpio de drogas porque su hermano lo envió al mejor centro de rehabilitación del país. Lo único de lo que no lo pudo alejar fue del alcohol, era alcohólico y se deprimía con facilidad.
Roberto decide comprarle a su madre un casa la mejor región de la ciudad, súper equipada con todo nuevo para ella y su hermano, decidiendo organizar una fiesta sorpresa con toda la familia. Roberto llego a la casa de su madre diciéndole a ella y a Fernando que lo acompañaran al seguro que necesita sus huellas y firmas para concretar un contrato en la aseguradora, su madre colaboro inmediatamente, pero Fernando no quería ir, a la final la madre lo termino convenciendo y se pusieron en vía al plan perfecto de Roberto.
En camino Roberto se desvía y le dice mama necesito ver a un cliente no demorare ni cinco minutos, iremos a su casa, Fernando dice vez, si yo se me quedo en casa.
Todo fue silencio hasta llegar a la casa donde ya estaba toda la familia, se bajan de camioneta y al entrar a la casa salen todos diciendo “sorpresa”, Roberto dice, madre te compre esta casa todo es tuyo, cuando escuchan el grito Fernando que dice, me traes para esto, para echarme en cara que le regalas a mama una casa mientras porque yo no puedo. Roberto dice, calma hermano también hay un cuarto para ti no es esa mi intención, Fernando enojado responde, toda la vida te has creído mejor que yo, siempre pisoteándome con gestos, vestimenta y lujos, todos me comparan contigo, me marcho de este lugar aquí todos son un montón de aduladores e interesados.
Roberto le grito a su hermano, he espera ahora es mi turno de hablar, nuestras madre siempre nos amó por igual y no dio lo que ella puedo ofrecer en parte iguales, aunque nuestro padre nunca estuvo ella hizo un trabajo magnifico con los dos, pero no vengas a decir que yo tuve mejores cosas que tu porque no fue así, quizás hubieses sido un médico exitoso y no estuviese como estas hoy, pero tú eres el culpable de tus propios caminos, ya que la elección de dejar la universidad, empezar en el mundo de las drogar y alcoholizarte fueron solo tuyas, así que si quieres culpar a alguien cúlpate a ti, los dos tuvimos el mismo camino pero lo recorrimos de maneras diferentes yo caí en los baches y decidí levantarme, a diferencia de ti que caíste y no te levantaste, yo intente ayudarte pero tú nunca quisiste aceptar mi ayuda, aun así eres mi hermano y te amo, siempre que necesite de mi aquí estaré y cuando te caigas sin importar la cantidad de veces que lo hagas yo te ayudare a levantarte aunque me rechaces.
Fernando se marchó y no fue visto más por ninguno de sus familiares, y por más búsqueda que hizo Roberto no pudo encontrar a su hermano.
Todos recorremos el mismo camino pero con distinto caminar, cada quien es culpa de sus elecciones y a la ver virtuoso de ellas, he aquí como Leandro y Roberto hermanos mellizos que tuvieron todo por igual se distancian culpando uno al otro por sus errores.
Tú eres quien decide, por lo que eres tú el responsable de tus errores y tus glorias.
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