Hola, soy Dário (sí, Dário, del inglés "Darius", no Darío). He sido invitado para escribir estas notas, que serán diarias o semanales, y cubrirán principalmente pequeñas reflexiones u ocurrencias del día a día. O quizás cada 3 ó 4 días, aún no lo sé. Acá les presento la primera entrada. Vamos allá.
Hoy temprano al despertar, aún sin lavarme la cara, subí a la cocina (la casa de mis padres tiene una forma como de barco, con los camarotes abajo y la cubierta-cocina-sala-comedor en el piso de arriba, por donde también se entra a la casa, como por la rampa de abordaje de una embarcación). Estaba mi padre preparando unas arepas y una tortilla a la española. La noche anterior había traído pan a la casa, una variedad dulce y deliciosa que acá llamamos "andino" (aunque me supongo que un nombre así no dice nada a alguien de Colombia, el Ecuador o el Perú). En fin, de ese pan no había querido comer la noche anterior (porque me rijo por la teoría de que carbohidratos en la noche sólo engordan, pues son almacenados, mientras que en la mañana son combustible para el día, a la vez que promueven y aceleran el metabolismo de la persona). Bueno, al grano, tampoco quiero darles todas mis ideas en el primer post, haha.
¡El Señor (Pan) de los Andinos!
A esto (detalle acá) es a lo que me refiero cuando digo "pan andino". ¡PERFECTO!
Noté que quedaba sólo una hogaza de pan. Una puntita y un poco más. Sin pensarlo mucho lo saqué de la bolsa y le dí un mordisco, y cuchillo para untar en mano, abrí la margarina (sí, margarina, aunque acá se le llame "mantequilla" a todo lo que se le parezca... esta variedad salada llamada "Chiffon" la fabrica Mavesa desde hace años, aunque la conozco desde mucho antes, y no está nadita mal). El punto es que, observando y saboreando el pan con detenimiento, como siempre hago, noté que no estaba nada fresco... Por lo general me gusta pedir el pan "!QUE ESTÉ BIEN BLANQUITO, CASI CRUDO!", como le digo a Fátima (no me sé su nombre, pero le pondré este apodo a la chica que atiende en El Barquero, la panadería de la entrada al pueblo de El Hatillo).
No, no estaba fresco, y más bien estaba oscuro, tostado, casi quemado... Aunque aún sabía relativamente bien, dulce y "andino". Se lo dije a mi papá, pero fue al rato que noté el paralelo, pues le dije: cuando (al comprarlo) está así tan oscuro y tostado, casi quemado, tiende a ponerse viejo más rápido...
Tostado + Oscuro = Prematuramente Envejecido
Suele ser así. La persona que vive amargada, tiende a "cargar el pesado yugo de los años", o al menos a exteriorizar eso. Aquí podría ilustrarse lo que digo; la misma persona, a la derecha feliz y radiante, juvenil y saludable (¡JOVIAL Y HERMOSA!), y a la izquierda envejecida y "venida a menos".
Bueno, no entraré en detalles acerca de mi papá. Él es una persona extraña, tiende a ser amargado y antipático, casi como un abuelo, aunque en el fondo es buena persona, y se preocupa por el bienestar de mi madre, de mi hermano y mío. Pero si algo es evidente, es que, sin ser abuelo aún, se comporta como tal... Siempre "cranky", peleón e insatisfecho. Igual que mucha otra gente, me supongo, pero este es el ejemplo más cercano a mí. Vaya ironía, la frase que le estaba diciendo...
Él no lo notó (y tampoco se lo recalcaré), pero sí, él es así: oscuro y turbio por dentro, no en sentido de malas intenciones, sino de que su vida es "un valle de lágrimas" (en verdad no, pero él lo vé así). Está justo ahora en el piso de arriba pidiendo a mi hermano que baje el volumen de la TV, y peleando quién sabe por qué con mi madre, vociferando y alzando la voz, como desde que tengo uso de razón. Oscuro.
También "tostado". Así se llama acá en mi país (y probablemente en otros) a una persona loca, que no encaja, o que ha rondado demasiado un mismo tema. Él, me duele decirlo, es así. Estás tostado, se le podría decir, queriendo implicar que está fuera de sí, fuera de tono. Quizás otros sinónimos sean frito (loco, loquito, o simplemente derrotado en sus propósitos) o "soyado", aunque este último es excesivo, y como el diccionario de mi Mac no lo reconoce, creo que es muy de acá; alguien "soya'o" es uno que está demente, que ha perdido completamente el juicio, y quizás está fuera del alcance de medicamentos o terapias.
Esta pobre mujer, por ejemplo, no sabe lo que se hace a sí misma; ella con el cigarrillo, muchos con inyecciones de cortisol y adrenalina producto de sus arranques y su amargura.
Volviendo al punto, veo trasparentemente el paralelo: quien vive una vida "tostado", "quemado" y "oscuro", y por desgracia se acostumbra a ello, tiende a envejecer prematuramente, a parecer un abuelo antes de serlo, y a comportarse como tal. Estoy seguro de que es un caso relativamente común sobre este planeta Tierra nuestro, pero podemos procurar al menos que no sea NUESTRO caso particular.
Vivamos una vida mejor más blanca, más pura, "casi cruda", y hasta cierto punto inocente, y lo más libres de cargas posible, y veremos sin duda buenos resultados. Siempre me acuerdo (como le recalcaba a alguien hace poco) del comentario de un tío mío al que visité en Carolina del Norte (EEUU) en el año 2007: Muchacho, pero tú no envejeces, ¡sino que más bien te pones más joven! Han pasado diez años, ¡pero tú luces con 5 años menos! Por ahí iban los tiros de lo que me comentó. "El Retrato de Dorian Gray", comentó la persona a quien se lo comenté...
La verdad me gusta mucho escribir, las palabras fluyen sobre mi teclado naturalmente, pero me disculpo por lo largo de este post, no era la idea inicialmente (por ello dije "cortas reflexiones del día a día"... bueno, al menos creo que lo dije, hehe). Esto es todo por hoy, espero que hayan disfrutado leyéndome, así como yo disfruté dando rienda suelta a mis dedos sobre las teclas. Hasta una próxima ocasión. Mi Dios les bendiga, en Espíritu y en Verdad.
¡Adiós! Farewell! Namarië.