Gritos De Libertad
Mi escuadrón era lo que se podría llamar "Élite" pero fuera había al menos cinco escuadrones igual de armados que nosotros, o inclusive más, necesitábamos apoyo, más armamento, o al menos, más soldados…
¿Diez soldados de élite contra más de cincuenta?
Cualquiera pensaría que es suicidio, inclusive nosotros sabíamos que podría ser nuestro fin… Pero no estábamos dispuestos a soportar una injusticia de esa magnitud; y si dar nuestras vidas por intentar hacer el bien era lo que se requería… ¡Todos estábamos dispuestos a hacerlo!
Teníamos armas suficientes para al menos una docena de civiles, aunque eso tampoco era suficiente, después de todo… ¿Que entrenamiento podían tener ellos?
Los reuní a todos frente a mí, ahora eran parte de mi escuadrón.
Algunos aún me miraban con duda, debía hacer que confiasen en mí, pero… No los culpo, después de todo, ¿Cuantos de sus amigos habían sido abatidos por soldados con el mismo uniforme que nosotros?
Dudar, era para ellos su mejor defensa. Pero en estas circunstancias, siendo nosotros su última esperanza, decidieron cooperar.
—Esos soldados de ahí fuera, eran mis compañeros, todos ellos, pero yo juré enfrentarme a las injusticias el día que decidí ponerme este uniforme. —Les dije a los civiles. —Sé que confiar en mi no es sencillo, pero necesito que lo hagan, un grupo desunido puede ser más peligroso incluso que nuestros propios enemigos, y bastantes enemigos tenemos fuera como para también enfrentarnos entre nosotros. ¿Alguno de ustedes sabe como utilizar un arma?
Cinco de ellos dieron un paso al frente.
—Bien, tomarán un fusil cada uno y seguirán mis ordenes al pie de la letra, nuestras vidas dependen de ello. Ayer ellos eran mis compañeros, hoy son mis enemigos, y ustedes ahora son mi escuadrón. —Concluí.
Cinco civiles, nueve soldados, y yo, consiguiendo un total de quince personas armadas, no eran números muy alentadores, ciertamente, pero teníamos de nuestro lado a la justicia, a lo que estaba bien, y cada uno de nosotros estaba dispuesto a darlo todo por esta lucha.
—¿Hay algún teléfono acá que pueda utilizar? —Pregunté a los civiles.
—Hay uno, pero ¿A quien llamará? —Me preguntaron.
—Llamaré a la única persona que estará dispuesta a ayudarnos. El Coronel Escobar, mi tío.
Inmediatamente los soldados cerca de mí, voltearon a verme, mi tío era un importante Coronel del ejército, muy reconocido y honrado con múltiples medallas, con la misma férrea voluntad que nos había inculcado mi abuelo. Si había alguien dispuesto a ayudarnos, era él.
Me permitieron hacer la llamada, pero con la condición de que estarían ellos escuchando, aún no confiaban del todo en mí, y no era para menos, accedí y tomé el teléfono.
—Coronel Escobar, soy tu sobrino, necesito apoyo… —Le dije por el teléfono.
—Francisco, ¿En que te metiste? Está tu rostro en las noticias, dicen que eres un traidor, que diste orden de fuego contra tus propios compañeros, ¿En que rayos estabas pensando? —Me dice, alterado.
Le expliqué lo sucedido, esperando una respuesta afirmativa de su parte.
—No es posible, tendría que estar loco si creyera todo lo que me estás diciendo, ¡Y aún más loco si te diera la ayuda que me estás pidiendo! —Me contesta.
—¿Entonces eso significa que no vas a ayudarme? —Pregunté, sintiendo ya que estaría solo en esto.
—No, eso significa que tendrán que ponerme una camisa de fuerza y meterme al manicomio, tienes mi apoyo y el de los soldados que tengo a mi cargo, ¿Que necesitas? —Me contesta, y una cálida esperanza invade mi cuerpo.
Le pedí armamento, todo el que pudiese obtener, municiones y más personal médico, había demasiados heridos y mi personal no se daba basto. Al menos necesitaría tres vehículos blindados más.
—Llego en una hora, ¡Resiste! —Me contesta y corta la llamada.
Reuní a todos para darles la información, y vi como muchos de mis soldados se esperanzaban al escucharme.
—Esta puede ser la más dura batalla de nuestras vidas, quizás para algunos de nosotros, o para todos, sea la última, pero debemos luchar y darlo todo, nuestros ideales son fuertes, nuestra lucha es la correcta, y aunque no lo parezca, tenemos el bien de nuestro lado. El Coronel Escobar viene con refuerzos, debemos resistir al menos una hora más, si caemos, que sea luchando por la justicia, y no dejemos que nuestro sacrificio sea en vano. ¡Estamos juntos en esto! ¿Están todos conmigo?
—¡Sí señor! —Contestaron todos al unísono.
—Si esta es mi última lucha, y sus rostros son lo último que veré, quiero que sepan que fue un placer luchar a su lado.
Volvieron todos a sus posiciones, decididos a resistir hasta el final.
Envié a todos los heridos a un salón resguardado mientras que todos los que podíamos luchar, defendíamos todos los posibles puntos por donde podíamos ser atacados.
Uno de mis hombres me informa que se acercan solados armados al punto de control.
—¡Esperamos sus ordenes mi capitán! —Me dice mi escuadrón, esperando la orden sin retorno.
—¡Fuego!
Así dimos inicio a la operación "Resistencia" mientras se comienza el primer enfrentamiento.
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viva venezuela . saludos hermano ya te segui soy de venezuela excelente lectura exitos amigo
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