El caos agobiante, el dolor y las voces oprimidas tienen en todas partes imprenta socialista.
Hola comunidad Steemit, espero que estén de lo mejor. Inicio este post con esta frase pues hoy he querido compartir con ustedes mi punto de vista sobre la situación de mi país Venezuela. Vamos allá:
La permanencia en el poder de este pseudo-socialismo fracasado es cruel evidencia de cómo han logrado debilitar al pueblo y de lo poco soportable que han hecho la vida a tan dolorosos y fatalistas extremos. La furia y el resentimiento con que el Gobierno Bolivariano ha perseguido el sector privado por tantos años es lo que ha contaminado y envilecido, como una peste secreta, inadvertida, el diario vivir Venezolano, constituyendo intolerancia, xenofobia, hipocresía como principales valores humanos.
Casi toda la población, en general, posee uno o dos empleos y en el peor de los casos el desempleo como plato principal, ha enfrentado terribles renuncias que incluyen la educación propia; otro número importante, difícil de especular, ha dejado el país en busca de garantías de futuro. Apuros, estrechez, miseria pasaron a ser de menos importancia al descubrirme a mí mismo, sin irme del país, en una ciudad apenas reconocible, salvo por los rostros dolorosamente demacrados de los que no se han podido de ir. Mi país natal es irreconocible. Las casas desdichadas multiplican sus carteles ofreciendo las cosas más inusitadas, cómo convenciéndose a sí mismas de que tienen algo que ofrecer. El débil plañido de las voces roncas en el triste combate por los alimentos es música para sus deformes oídos. La contemplación del caos, el agotamiento de opciones para futuro que fomenta la delincuencia y la vida militar, la traición del propio orgullo para apelar a mediocres favores de un gobierno malintencionado (genuino ejercicio de la hipocresía), es toda una delicia, el más sublime entretenimiento ¡Y más vale estar agradecidos!
Y no soy yo quizás el sujeto de mayor idiosincrasia, pero llevo incrustada esa sensibilidad connatural y esa preocupación por mi tierra y mis coetáneos que me permite admitir: me duele. El pueblo quiere vivir, y no encuentra solidaridad para dicho deseo, pero ha de saber la V República que vivir es un deseo que no puede ser censurado y que no podrá, como Poncio Pilato, lavarse las manos por la sangre derramada.
La arrogancia de Chávez le hizo creer en sí mismo como el único individuo en la capacidad de dirigir un país: nosotros éramos "el resto", sólo éramos rebaño; su enfermizo y execrable juicio de erudito creyó en Nicolás Maduro como legítimo heredero de la tarea vergonzosa, este Gobierno no parece conocer que, en el poder, toda esta prepotencia, egoísmo y presunciones imaginarias son conductas de suma irresponsabilidad y que, por la sangre derramada (y que permite derramar), alto precio ha de pagar.
Siento que se me ha robado mi hogar; mi furia es dolorosa y la visión demasiado gris para poder soportar.
Aquí una pequeña opinión, nos veremos en otro post y que la pasen bien.