Solo quería que cambiaras tu forma de quedarte. De devolverme la sonrisa sin hacerme polvo, desvanecerme. Cariño llevabas fuego en la mirada y con tus brazos me sostenías las penas. Como podía olvidarte, llevabas un vestido que te sentaba tan bien y a mi me ponía a temblar, titubeaba de hecho, eras demasiado para mí.
Un trago de tu boca y ya se habían colado las horas sobre el café. Mis dedos luchaban por quedarse entre lazados con tu mano, no sabía si besarte o salir a correr entre tus faldas
la manera en que te me trepabas encima y me quitabas el llanto. Era verano, y te has llevado todas mis estaciones; en la boca.
Tus manos, tu cuerpo mi mejor folio y como un ciego ansioso buscaba entre tus pieles la ultima huella de mis dedos
sin duda amaba morirme sobre tí, tus muslos tibios, tus lunares y tu forma de quedarte entre mis piernas.
Amaba la vida, sobre todo como se sentía cuando estaba junto a ti. Como te saco sí tenías esa forma de quedarte
Como me saco tu olor de encima
tu carne, tu lengua, tus ojos.
Quitarme la forma en que me mirabas; realmente pesa, y no lo logro que cese
Tropiezo nuevamente con el deseo de sostenerte una vez más, la cama está y sigue desordenada. Queda un poco de ti esparcido junto a mis sollozos
Todo era jodidamente dulce mientras me acogían tus brazos, recuerdo cuando descalzas bailábamos para terminar nuevamente sobre ti; besando cada lunar que hermosamente te pintaban cada extremo. Cada parte, cada puto centímetro de piel sedienta de mí, palpé y de despedida intente besar lo suficiente para dejar huellas concisas de nuestras primeras veces.