La honestidad se puede definir como un valor moral y positivo que caracteriza a la personas que viven, actúan y proceden con transparencia, integridad, honradez, teniendo como filosofía de vida ir en contra de la mentira, la falsedad y la corrupción.
Ser honesto es tener actitudes vinculadas con la verdad en nuestra relaciones personales e interpersonales, lo que conlleva a que las mismas se desenvuelvan en un clima de confianza y armonía. Esta cualidad es la que más buscamos y exigimos en los demás ya que es la garantía de que la persona tiene credibilidad y es confiable.
Sin embargo, pareciera que este valor se ha perdido en la sociedad en la que vivimos, el ser humano se ha acostumbrado a mentir, a engañar con el propósito de conseguir de forma abusiva algún beneficio propio. Al parecer la honestidad ha pasado de moda, es algo que ya no se usa en la vida cotidiana, por decirlo de alguna manera; por la sencilla razón de pensar que si actuamos como vivos o pícaros obtenemos más éxitos que las personas honradas, responsables que trabajan esforzadamente para conseguir menos.
Mi propósito en este artículo es hacerte cambiar de mentalidad, nada es más importante que ser reconocidos por íntegros y transparentes porque los deshonestos son evitados por todos o tratados con desconfíanza y precaución. Las personas honestas defienden sus principios, tienen altas probabilidades de que muchas puertas se le abran y alcancen el éxito por ser leales, confiables y creíbles.
Es responsabilidad de todos crear una cultura de honestidad en la sociedad, en el mundo y esto empezará desde el hogar. Y en vez de quejarnos por la deshonestidad de otros, comienza a trabajar en ti y en tu entorno familiar.
Seamos siempre sinceros, que prevalezca la veracidad en nuestras vidas.
Sin más que agregar me despido invitándote a que me sigas y votes. Saludos.
