Tal vez para muchos uno de las profesiones más cuestionadas para las mujeres sea el de monja. Nada más imaginemos todos los sacrificios a los cuales se deben someter; una iglesia solo conformada por hombres con el único poder para decidir sobre todas las cuestiones clericales, la supresión de los instintos más humanos y naturales a cambio de dogmas de fe, y si esto lo ponemos en el periodo histórico de la edad media, la imagen que obtenemos puede ser bastante aterradora y ofensiva para los ideales progresistas de igualdad de derechos y reivindicación social hacia las mujeres.
Puede que aquellos que toman el camino de la religión lo realicen por voluntad pero ¿Qué sucede cuando se está a dentro y tal vez la decisión no termina de convencer del todo? A Nivel de cada persona debe presentarse un conflicto bastante grande, hasta el punto de sentirse como un pequeño individuo en medio de grandes fuerzas que tiran de un lado y del otro siempre ofreciendo o buscando la elección correcta.
En medio de los muchos documentos que aún se conservan de este periodo histórico podemos encontrar uno particularmente llamativo, porque relata un llamado de las autoridades encargadas para que una monja del siglo XIV retorne a su monasterio y deje atrás “el camino de la lujuria carnal” que la había hecho olvidar sus votos para con su religión.
Lo llamativo de todo este asunto es cómo fue orquestado el plan para que se diera por muerta a la religiosa y pudiera de manera libre y tranquila alejarse de aquel mundo que parece no fue de su completo agrado después de un tiempo.
Con la ayuda de varios, logró fabricar un maniquí de apariencia muy similar a su contextura el cual fue enterrado en un espacio sagrado reservado obviamente para los religiosos del lugar. Todo esto al mejor estilo de un thriller suave hollywoodense.
Alejándose de la “pobreza y de la obediencia” esta hermana rompió sus votos y descarto el hábito religioso por “la lujuria carnal” que seguramente pervirtió su vocación, además del escándalo para toda la orden y que seguramente estaba poniendo en peligro su alma. *** Todo esto se puede leer en una pequeña nota encontrada dentro de los voluminosos apartados que se estudian y se conservan en la universidad de York en el Reino Unido***.
Es casi imposible de averiguar si los llamamientos por parte del arzobispo fueron suficientes para hacer volver a la susodicha, pero algo sí fue bastante claro y es el que esta noticia causó revuelo en la comunidad cercana al monasterio donde supuestamente, la ahora exreligiosa, se dirigió de manera “astuta y perversa”, donde habría retomado una vida de “indecencia”.
Esto, a pesar de lo que se pudiera imaginar, sucedía más a menudo de lo que pudiéramos suponer. Monjes y monjas que los monasterios por diversas razones, y que en casos como el de la monja Juana de Leeds su “escape” bien puede alimentar algún guión cinematográfico.
Fuentes Imágenes
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