Karol Józef Wojtyła, nacido en Wadowice, una pequeña ciudad a 50 kms. de Cracovia, el 18 de mayo de 1920. Era el más pequeño de los tres hijos de Karol Wojtyła y Emilia Kaczorowska. A su largo de su pontificado logro escribir un buen numeros de documentos entre los cuales tiene: Enciclicas, Bulas, Cartas apostólicas, Homilias, Cartas y Mensajes Varios, Constituciones Apostolicas Exhortaciones Apostólicas y Mensajes Apostólicos.
A) Enciclicas:
- Redemptor Hominis: (Jesucristo Redentor del hombre), 4-3-1979.
- Dives in Misericordia: (Dios Padre, Rico de misericordia), 30-11-1980
- Laborem Exercens: (Trabajo humano y problemas sociales), 14-9-1981.
- Slavorum Apostoli: (Santos Cirilo y Metodio, patronos de los eslavos), 2-6-1985.
- Dominum et Vivificantem: (Espíritu Santo Seńor y vivificador), 18-5-1986.
- Redemptoris Mater: (María, Madre del Redentor), 25-3-1987.
- Sollicitudo Rei Socialis: (Auténtico desarrollo del hombre y de la sociedad), 30-12-1987.
- Redemptoris Missio: (La misión), 7-12-1990.
- Centesimus Annus: (La cuestión social, a cien ańos de la "Rerum novarum"), 1-5-1991.
- Veritatis Splendor: (Fundamentos de la moral católica), 6-8-1993.
- Evangelium Vitae: (Valor e inviolabilidad de la vida humana), 25-3-1995.
- Ut Unum Sint: (Sobre el compromiso ecuménico), 25-5-1995.
- Fides et Ratio: (Sobre la Fe y la Razón), 14-9-1998.
- Ecclesia de Eucharistia: (Sobre la Eucaristía en su relación con la Iglesia), 17-4-2003.
B)Bulas papales: Documento pontificio que trata materias de fe, asuntos administrativos o judiciales, o concede ciertos privilegios y que está autorizado por el Papa mediante un sello que lleva su nombre.
- Bula de convocatoria al Gran Jubileo 2000 "Incarnationis Mysterium".
C)Cartas Apostólicas:
- Carta del Santo Padre Juan Pablo II a los sacerdotes para el Jueves Santo 2005
- Carta Apostólica del Santo Padre Juan Pablo II a los comunicadores "El Rápido Desarrollo" (24 de enero de 2005)
- Carta Apostólica MANE NOBISCUM DOMINE del Sumo Pontífice Juan Pablo II al Episcopado, al Clero y a los fieles para el Año de la Eucaristía
- Rosarium Virginis Mariae (16 de octubre de 2002)
- Misericordia Dei (2 de mayo de 2002)
- Carta apostólica al concluir el Milenario del Bautismo del pueblo húngaro (25 luglio 2001)
- Con motivo del XVII centenario del Bautismo del pueblo armenio (17 de febrero de 2001)
- Novo Millennio Ineunte (6 de enero de 2001)
- Con motivo del tercer centenario de la unión de la Iglesia greco-católica de Rumania con la Iglesia de Roma (20 de julio de 2000)
- Inter Munera Academiarum (28 de enero de 1999)
- Dies Domini (31 de mayo de 1998)
- Divini Amoris Scientia (19 de octubre de 1997)
- Laetamur Magnopere (15 de agosto de 1997)
- Operosam Diem (1 de diciembre de 1996)
- Carta Apostólica con ocasión del 350° aniversario de la Unión de Uzhorod (18 de abril de 1996)
- Carta Apostólica con ocasión del IV Centenario de la Unión de Brest (12 de noviembre de 1995)
- Orientale Lumen (2 de mayo de 1995)
- Tertio Millennio Adveniente (10 de noviembre de 1994)
- Ordinatio Sacerdotalis (22 de mayo de 1994)
- Carta Apostólica con motivo de la reforma de las circunscripciones eclesiásticas de Polonia (25 de marzo de 1992)
- Carta Apostólica con ocasión del V Centenario de la Evangelización del Nuevo Mundo (29 de junio de 1990)
- Carta Apostólica con ocasión del Centenario de la 'Opera di San Pietro Apostolo' (1 de octubre de 1989)
- Carta Apostólica sobre la situación en Líbano (7 de septiembre de 1989)
- Carta Apostólica con ocasión del 50 aniversario del comienzo de la II Guerra Mundial (27 de agosto de 1989)
- Vicesimus Quintus Annus (4 de diciembre de 1988)
- Mulieris Dignitatem (15 de agosto de 1988)
- Euntes In Mundum Universum (25 de enero de 1988)
- Duodecim Saeculum (4 de diciembre de 1987)
- Spiritus Domini (1 de agosto de 1987)
- Sescentesima Anniversaria (5 de junio de 1987)
- Augustinum Hipponensem (28 de agosto de 1986)
- Dilecti Amici (31 de marzo de 1985)
- Les Grands Mystères (1 de mayo de 1984)
- Redemptionis Anno (20 de abril de 1984)
- Salvifici Doloris (11 de febrero de 1984)
- A Concilio Constantinopolitano I (25 de marzo de 1981)
- Egregiae Virtutis (31 de diciembre de 1980)
- Sanctorum Altrix (11 de julio de 1980)
- Amantissima Providentia (29 de abril de 1980)
- Patres Ecclesiae (2 de enero de 1980)
- Rutilans Agmen (8 de mayo de 1979).
D)Homilias:
- Vigilia Pascual en la noche santa 10 de abril 2004.
- Queremos ver a Jesús" - Jornada Mundial de la Juventud
- Domingo de Ramos, abril 4, 2004
- Noche Buena 2002: léalo o bájelo
- Nochebuena 2001
- Jornada de la Vida Consagrada 2002
- Conmemoración de los Testigos de la Fe 2000.
E)Cartas y Mensajes Varios:
- Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la colaboración del Hombre y la Mujer en la Iglesia y el mundo
- Consejo Supremo de los Caballeros de Colón 2002
- Obispos del Perú 2002: léalo o bájelo
- II Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento 2002
- A los sacerdotes por Jueves Santo 2002: léalo o bájelo
- A la Orden de Predicadores en su Capítulo General 2001
- A los Ancianos 1999
- A los Artistas 1999
- Jubileo de los Catequistas 2000
- Jubileo de las Cárceles 2000
- Oración del Papa por el Año del Padre 1999
- Catequesis por Cuaresma 1999
- Catequesis sobre el Cielo
- Catequesis sobre el Infierno
- Catequesis sobre el Purgatorio.
F)Constituciones Apostólicas:
- Ecclesia in Urbe (1 de enero de 1998)
- Universi Dominici Gregis (22 de febrero de 1996)
- Fidei Depositum (11 de octubre de 1992)
- Ex Corde Ecclesiae (15 de agosto de 1990)
- Pastor Bonus (28 de junio de 1988)
- Divinus Perfectionis Magister (25 de enero de 1983)
- Sacrae Disciplinae Leges (25 de enero de 1983)
- Magnum Matrimonii Sacramentum (7 de octubre de 1982)
- Sapientia Christiana (15 de abril de 1979).
G)Exhortaciones Apostólicas:
- Pastores Gregis (16 de octubre de 2003)
- Ecclesia in Europa (28 de junio de 2003)
- Ecclesia in Oceania (22 de noviembre de 2001)
- Ecclesia in Asia (6 de noviembre de 1999)
- Ecclesia in America (22 de enero de 1999)
- Vita Consecrata (25 de marzo de 1996)
- Ecclesia in Africa (14 de septiembre de 1995)
- Pastores Dabo Vobis (25 de marzo de 1992)
- Redemptoris Custos (15 de agosto de 1989)
- Christifideles Laici (30 de diciembre de 1988)
- Reconciliatio et Paenitentia (2 de diciembre de 1984)
- Redemptionis Donum (25 de marzo de 1984)
- Familiaris Consortio (22 de noviembre de 1981)
- Catechesi Tradendae (16 de octubre de 1979).
H)Mensajes Apostólicos:
Año 2005
- XIII Jornada Mundial del Enfermo - 2005 - bájelo
- IX Jornada Mundial de la Vida Consagrada - bájelo
- Cuaresma 2005 - bájelo
- Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II para la 39 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales - bájelo
- Mensaje del Santo Padre para la XX Jornada Mundial de la Juventud 2005 - bájelo
Año 2004
- Mensaje Urbi et Orbi - Navidad 2004
- Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II para la Jornada Misionera Mundial 2004 - bájelo
- Mensaje "Urbi et Orbi" - Pascua 2004 - Domingo, 11 de abril de 2004
- Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de la Juventud 2004 «Queremos ver a Jesús» - Domingo de Ramos abril 4, 2004 - bájelo
- Mensaje del Santo Padre Juan Pablo II para la XIX Jornada Mundial de la Juventud, 2004 -bájelo
- Cuaresma 2004 - bájelo
- Mensaje de su Santidad Juan Pablo II para la XII jornada mundial del enfermo - Lourdes, Francia, 11 de febrero de 2004
- Celebración de la Jornada Mundial de la Paz - bájelo
- Mensaje del Santo Padre por la XXXVIII Jornada Mundial para las Comunicaciones Sociales - bájelo
Año 2003
- Jornada Mundial de las Comunicaciones 2003 - bájelo
- Jornada Mundial de las Misiones 2003 - bájelo
- Mensaje a las Familias Mexicanas - 2 de mayo del 2003 - bájelo
- Jornada Mundial del Enfermo 2003 - bájelo
- Cuaresma 2003 - bájelo
- Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones 2003 - bájelo
- Jornada Mundial de Turismo 2003
- Jornada Mundial de la Juventud 2003
- Jornada Mundial de los emigrantes y refugiados 2003
- Mensaje Urbi et Orbi - Pascua 2003
- Mensaje Urbi et Orbi - Navidad 2003
Años anteriores
- Cuaresma 2002
- Cuaresma 2001
- Cuaresma 2000
- Jornada Mundial del Turismo 2002
- Jornada Mundial de la Juventud 2001
- Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2002
- Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2001 - bájelo
- Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2000
- Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 1999
- Jornada Misionera Mundial 2002
- Jornada Misionera Mundial 2001
- Jornada Misionera Mundial 1999
- Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones 1999
- Mensaje "Urbi et Orbi" - Navidad 2002
- Mensaje "Urbi et Orbi" - Navidad 2001
- Mensaje "Urbi et Orbi" - Navidad 2000
- Mensaje "Urbi et Orbi" - Navidad 1999
- Mensaje "Urbi et Orbi" - Pascua 2002
- Mensaje "Urbi et Orbi" - Pascua 2000
- Mensaje "Urbi et Orbi" - Pascua 2001
- Mensaje "Urbi et Orbi" - Pascua 1999
- Jornada Mundial del Enfermo 1999.
I)Discursos:
- Discurso del Santo Padre Juan Pablo II a los Obispos de España en su Visita Ad Limina
- Discurso de Papa Juan Pablo II al Señor Juan Gavarrete Soberón, Embajador de Guatemala ante la Santa Sede léalo o bájelo
- Promulgación de la Exhortación Apostólica post-sinodal Pastores gregis (16 de octubre de 2003)
- Rezo del Santo Rosario y súplica a la Virgen frente al Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya (7 de octubre de 2003)
- A los peregrinos que habían participado en la canonización de 3 beatos (6 de octubre de 2003)
- Al Arzobispo de Canterbury y Primado de la Comunión anglicana, Su Gracia Rowan Williams (4 octubre de 2003)
- A los participantes en el Capítulo general de la Congregación del Santísimo Redentor (redentoristas) (3 de octubre de 2003)
- Mensaje al Card. Joseph Ratzinger, con ocasión del Simposio sobre "La antropología de la teología moral según la encíclica Veritatis splendor"(27 de septiembre de 2003)
- Al primer grupo de obispos de la Conferencia Episcopal de Filipinas en visita "ad Limina Apostolorum" (25 de septiembre de 2003)
- A un grupo de sacerdotes de la Iglesia ortodoxa de Grecia (19 de septiembre de 2003)
- Al quinto grupo de obispos de la India en visita "ad limina Apostolorum" (6 de septiembre de 2003)
- A diferentes grupos de peregrinos presentes en Castelgandolfo (23 de agosto de 2003)
- Palabras al inicio de la misa en la Fiesta de la Transfiguración del Señor(6 de agosto de 2003)
- Conclusión del mes mariano, rezo del Santo Rosario y procesión desde la Iglesia de San Esteban de los Abisinios hasta la Gruta de la Virgen de Lourdes en los Jardines Vaticanos (31 de mayo de 2003)
- A los miembros del Movimiento Italiano por la Vida (22 de mayo de 2003)
- Alocución al final del Vía Crucis (18 de abril de 2003)
- Discurso del Papa Juan Pablo II a la Plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina (27 de marzo de 2003) léalo o bájelo
- Alocución al final de los Ejercicios espirituales (15 de marzo de 2003)
- Discurso del Santo Padre a los participantes en el IV Encuentro Mundial de las Familias, en conexión con Manila (25 de enero de 2003)
- Al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede con ocasión del inicio de 2003 (13 de enero de 2003).
Termino mostrando el Angelus de su santidad Juan Pablo II y su Testamento.
SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO Y SAN PABLO
JUAN PABLO II
ÁNGELUS
Plaza de San Pedro
Sábado 29 de junio de 1996
Amadísimo hermanos y hermanas:
1. La solemnidad de san Pedro y san Pablo nos invita a revivir la fe de estos dos Apóstoles, columnas de la Iglesia, que hicieron de Cristo la pasión de su vida. Pedro, con la palabra y con la sangre, lo confesó «Hijo de Dios vivo» (Mt 16, 16). Pablo, una vez que se hubo convertido y trasformado en apóstol de los gentiles, fue conquistado por él hasta el punto de exclamar: «¡Para mí la vida es Cristo!» (Flp 1, 21). Su recuerdo nos impulsa al compromiso de una fidelidad cada vez mayor y una unidad cada vez más profunda.
Hace exactamente un año, en la solemnidad de san Pedro y san Pablo, tuve la alegría de encontrarme con el hermano de Constantinopla, el patriarca Barolomé I. Juntos dirigimos la palabra al pueblo de Dios, como prefigurando la belleza de la plena comunión, que ambos anhelamos.
El encuentro tuvo lugar un mes después de la publicación de la carta apostólica Orientale lumen, en la que puse de relieve las riquezas de la tradición cristiana oriental. Durante los meses siguientes, en varias ocasiones, volvimos a tratar ese tema. Me refiero, en particular, a la conmemoración de las Uniones de Brest y Užhorod, en las que algunos hermanos y comunidades de las Iglesias orientales restablecieron la plena comunión con la Sede de Pedro. Esta serie de circunstancias, especialmente en el horizonte de la preparación para el gran jubileo del año 2000, aumenta el deseo de unidad de todos los cristianos, por la cual Cristo oró en la última cena, y nos impulsa a comprometernos cada vez más a promoverla con toda nuestras fuerzas.
2. Se trata de un anhelo que suscita el Espíritu de Dios. Él es quien nos impulsa a acortar las distancias, a renunciar a los prejuicios y a conocernos más de cerca, recordando el clima de entendimiento que caracterizó los mejores momentos de las relaciones entre la Iglesia de Occidente y la de Oriente, sobre todo en el primer milenio. La Iglesia vive aún de las riquezas doctrinales, espirituales, culturales y humanas, que se intercambiaron sobre todo los grandes santos de la época patrística. Esas riquezas siguen siendo un patrimonio común, que es preciso redescubrir y valorar, para que la Iglesia pueda volver a respirar con sus dos pulmones, el oriental y el occidental. En este sentido, en la Orientale lumen invité a los católicos a conocer la tradición de las Iglesias orientales, «para poderse alimentar de ella y favorecer, cada uno en la medida de sus posibilidades, el proceso de la unidad» (n.1).
Hoy, solemnidad de san Pedro y san Pablo, renuevo esta invitación. Como hijo de un pueblo eslavo, siento personalmente una llamada especial del Señor a trabajar por esta causa. En las próximas citas dominicales, me referiré a algunos aspectos del gran patrimonio cristiano de Oriente, para mostrar su vitalidad también en relación con los grandes interrogantes que en nuestro tiempo se plantean a la fe.
3. Encomendemos la causa de la plena comunión entre las Iglesias de Oriente y Occidente a la Virgen santísima, contemplándola, como nos la presenta el libro de los Hechos, con los Apóstoles en el cenáculo en espera del Espíritu Santo (cf. Hch 1, 14). María es el icono de la unidad, en que debemos inspirarnos siempre. Que la Madre de la Iglesia sostenga nuestros esfuerzos y apresure nuestro camino para que «ante el gran jubileo nos podamos presentar, si no del todo unidos, al menos mucho más próximos a superar las divisiones del segundo milenio» (Tertio millennio adveniente, 34).
Resumen oficial publicado por el Vaticano del:
6.3.1979
Totus Tuus ego sum En el Nombre de la Santísima Trinidad. Amén.
"Velad porque no sabéis en qué día vendrá vuestro Señor" (cf.Mt 24, 42), estas palabras me recuerdan la última llamada, que vendrá en el momento que quiera el Señor. Quiero seguirle y deseo que todo lo que forma parte de mi vida terrenal me prepare para este momento. No sé cuando llegará, pero como todo, también deposito este momento en las manos de la Madre de mi Maestro: Totus Tuus. En sus manos maternas lo dejo todo y a todos aquellos con quienes me ha ligado mi vida y mi vocación. En esas manos dejo sobre todo a la Iglesia y también a mi nación y a toda la humanidad. A todos doy las gracias. A todos pido perdón. Pido también oraciones para que la misericordia de Dios se muestre más grande que mi debilidad y mi indignidad.
Durante los ejercicios espirituales he releído el testamento del Santo Padre Pablo VI. Su lectura me ha llevado a escribir el presente testamento.
No dejo tras de mí propiedad alguna de la que sea necesario disponer. En cuanto a las cosas de uso cotidiano que me servían, pido que se distribuyan como se considere oportuno. Que se quemen mis apuntes personales. Pido que se encargue de todo esto don Stanislao a quien doy las gracias por la gran colaboración y la ayuda prolongadas en estos años. Todos los demás agradecimientos, en cambio, los dejo en el corazón ante Dios mismo, porque es difícil expresarlos.
En lo que se concierne al funeral, repito las mismas disposiciones que dio el Santo Padre Pablo VI (nota al margen: la sepultura en la tierra, no en un sarcófago, 13.3.92)
"apud Dominum misericordia et copiosa apud Eum redemptio"
Juan Pablo II
Roma, 6. III. 1979
Después de la muerte pido Santas Misas y oraciones
5.III.90
********
Folio sin fecha:
Expreso mi más profunda confianza en que, a pesar de toda mi debilidad, el Señor me conceda todas las gracias necesarias para hacer frente según Su voluntad a cualquier tarea, prueba o sufrimiento que quiera pedir a su siervo en el curso de la vida. También tengo confianza en que no permitirá jamás que, mediante cualquier actitud mía: palabras, obras u omisiones, traicione mis obligaciones en esta Santa Sede Petrina.
********
24.II-1.III.1980
También durante estos ejercicios espirituales he reflexionado sobre la verdad del sacerdocio de Cristo en la perspectiva de aquel tránsito que para cada uno de nosotros es el momento de la propia muerte. Del adiós a este mundo para nacer a otro, al mundo futuro, signo elocuente (escrito encima: decisivo) es para nosotros la Resurrección de Cristo.
He leído por tanto mi testamento del último año, lectura efectuada también durante los ejercicios espirituales, la he comparado con el testamento de mi gran predecesor y padre Pablo VI, con ese testimonio sublime de la muerte de un cristiano y de un Papa y he renovado en mí la conciencia de las cuestiones a las que se refiere el registro del 6.III.1979 que yo había preparado –de forma bastante provisional.
Hoy sólo quiero añadir esto, que cada uno debe tener presente la perspectiva de la propia muerte. Y debe estar preparado para presentarse frente al Señor y Juez y, al mismo tiempo frente al Redentor y al Padre. Así, yo también lo tengo continuamente en consideración, confiando ese momento decisivo a la Madre de Cristo y de la Iglesia, a la Madre de mi esperanza.
Los tiempos que vivimos son indeciblemente difíciles e inquietos. También el camino de la Iglesia se ha vuelto difícil y tenso, tanto para los fieles como para los pastores, prueba característica de estos tiempos. En algunos países –como por ejemplo en aquel del cual he leído en los ejercicios espirituales– la Iglesia se encuentra en un periodo de persecución tal que no es inferior a la de los primeros siglos, al contrario, incluso los supera por el grado de impiedad y odio. Sanguis martyrum - semen christianorum. Y además esto: muchas personas inocentes desaparecen también en este país en que vivimos...
Deseo una vez más confiarme totalmente a la gracia del Señor. Él mismo decidirá cuándo y cómo tengo que terminar mi vida terrena y mi ministerio pastoral. En la vida y en la muerte Totus Tuus con la Inmaculada. Aceptando ya desde ahora esta muerte, espero que Cristo me conceda la gracia para el último pasaje, es decir la Pascua, (la mía). También espero que haga que sea yo útil para esta causa tan importante a la que intento servir: la salvación de la humanidad, la salvaguarda de la familia humana, y con ella de todas las naciones y todos los pueblos, –entre ellos también me dirijo de forma particular a mi Patria terrena– útil para las personas que de modo particular me ha confiado, para velar por la Iglesia, para la gloria de Dios.
No quiero añadir nada a lo que escribí hace un año, sólo manifestar esta disposición y también esta confianza a las que nuevamente me han dispuesto los ejercicios espirituales.
Juan Pablo II
Totus Tuus ego sum
5.III.1982
En el curso de los ejercicios espirituales de este año he leído (varias veces) el texto del testamento del 6.III.1979. A pesar de que todavía lo considero provisional (no definitivo) lo dejo como existe. No cambio nada (por ahora) y tampoco agrego, en lo que se refiere a las disposiciones que contiene.
El atentado contra mi vida el 13.V.1981 confirmó, de alguna forma la exactitud de las palabras escritas en el periodo de los ejercicios espirituales de 1980 ( 24.II- 1.III).
Cuanto más profundamente siento que me encuentro totalmente en Manos de Dios, permanezco continuamente a disposición de mi Señor, confiándome a Él en su Madre Inmaculada (Totus Tuus).
Juan Pablo II pp. II
********
5.III.82
En lo que respecta a la última frase de mi testamento del 6.III.79: "Sobre el lugar del funeral decida el Colegio Cardenalicio y los compatriotas. Aclaro que pienso en: el metropolitano de Cracovia o el Consejo General del Episcopado de Polonia. Pido por tanto al Colegio Cardenalicio que satisfaga en la medida de lo posible las eventuales peticiones de los más anteriormente citados.
********
1.III.1985 (en el curso de los ejercicios espirituales).
De nuevo –en lo referente a la expresión "Colegio Cardenalicio y los Compatriotas–: el "Colegio Cardenalicio" no tiene obligación alguna de interpelar sobre este argumento a " los Compatriotas": sin embargo, puede hacerlo, si por alguna razón lo considerase justo.
JPII
Los ejercicios espirituales del año jubilar del 2000(12-18.III)
(para el testamento)
1. Cuando el día 16 de febrero de 1978 el cónclave de los cardenales eligió a Juan Pablo II, el primado de Polonia, Cardenal Stefan Wyszynsk, me dijo: "La tarea del nuevo Papa será introducir a la Iglesia en el Tercer Milenio". No sé si repito exactamente la frase, pero al menos ese era el sentido de lo que sentí entonces. Lo dijo el hombre que ha pasado a la historia como Primado del Milenio. Un gran primado. He sido testigo de su misión, de su entrega total. De sus luchas: de su victoria. "La victoria, cuando llegue, será una victoria a través de María". Estas palabras de su predecesor, el Cardenal August Hlond, las solía repetir el Primado del Milenio.
De este modo, me he preparado para la tarea que el día 16 de octubre de 1978 se presentó ante mí. En el momento en que escribo estas palabras, el Año Jubilar del 2000 ya es una realidad. La noche del 24 de diciembre de 1999 se abrió la Puerta Santa del Gran Jubileo en la Basílica de San Pedro, después la de San Juan de Letrán, la de Santa María la Mayor, en año nuevo y el día 19 de enero la puerta de la Basílica de San Pablo de Extramuros. Este último acto, dado su carácter ecuménico, ha quedado grabado en mi memoria de modo particular.
2. A medida que pasa el Año Jubilar del 2000, un día tras otro, se cierra tras nosotros el siglo XX y se abre el siglo XXI. Según los designios de la Providencia se me ha concedido vivir en el difícil siglo que se está acabando, que empieza a pertenecer al pasado y ahora, en el año en que alcanzo los 80 años de vida ('octogesima adveniens'), es necesario preguntarse si no es tiempo de repetir con el bíblico Simeón: 'Nunc dimittis'.
El día 13 de mayo de 1981, el día del atentado al Papa durante la audiencia general en la Plaza San Pedro, la Divina Providencia me salvó milagrosamente de la muerte. Aquel que es único Señor de la vida y de la muerte, Él mismo me ha prolongado esta vida, en un cierto modo me la ha vuelto a dar. Desde aquel momento pertenece aún más a Él. Espero que Él me ayudará a reconocer hasta cuando debo continuar este servicio, al que me llamó el día 16 de octubre de 1978. Le pido que me llame cuando quiera. "Pues si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, morimos para el Señor" (cf. Rm 14, 8). Espero que hasta que pueda realizar el servicio petrino en la Iglesia, la Misericordia de Dios me obtenga las fuerzas necesarias para ello.
3. Como todos los años, durante los ejercicios espirituales he leído mi testamento del 6.III.1979. Sigo manteniendo las disposiciones contenidas en él. Lo que entonces y durante los sucesivos ejercicios espirituales he añadido es un reflejo de la difícil y tensa situación general, que ha marcado los años ochenta. Desde el otoño de 1989 esta situación ha cambiado. El último decenio del siglo pasado ha estado libre de las tensiones anteriores; esto no significa que no hayan surgido nuevos problemas y dificultades. De modo particular, sea alabada la Divina Providencia por ello, el periodo de la llamada "guerra fría" terminó sin el violento conflicto nuclear que pesaba sobre el mundo en el periodo precedente.
4. Al encontrarme en el umbral del tercer milenio "in medio Ecclesiae", deseo expresar una vez más gratitud al Espíritu Santo por el gran don del Concilio Vaticano II, –del que junto a la Iglesia entera y todo el episcopado– me siento deudor. Estoy convencido de que las nuevas generaciones podrán servirse todavía durante mucho tiempo de las riquezas proporcionadas por este Concilio del siglo XX. Como obispo que ha participado en el evento conciliar desde el primer hasta el último día, deseo confiar este gran patrimonio a todos aquellos que son y serán llamados a ponerlo en práctica en el futuro. Por mi parte, doy gracias al Pastor Eterno que me ha permitido servir a esta grandísima causa en el curso de todos los años de mi pontificado.
"In medio Ecclesiae"... desde los primeros años de servicio episcopal –precisamente gracias al Concilio– he podido experimentar la comunión fraterna del episcopado. Como sacerdote de la arquidiócesis de Cracovia ya conocía la comunión fraterna en el presbiterado- el Concilio abrió una nueva dimensión de esta experiencia".
5. ¡Cuántas personas tendría que nombrar aquí! Probablemente el Señor Dios habrá llamado a Sí a la mayoría de ellos. En lo que respecta a los que todavía se encuentran en esta parte, que las palabras de este testamento les recuerden, a todos y en todas partes, allí en donde se encuentren.
En el curso de más de veinte años en que presto el servicio Petrino "in medio Ecclesiae" he experimentado la bondadosa y muy fecunda colaboración de tantos cardenales, arzobispos y obispos, de tantos sacerdotes y personas consagradas –hermanos y hermanas–, en fin, de tantísimas personas laicas, en la Curia, en el Vicariato de la diócesis de Roma, y también fuera de estos ambientes.
¡Cómo no abrazar con grata memoria a todos los episcopados del mundo, con los cuales me he encontrado a lo largo de las visitas "ad limina Apostolorum"! ¡Cómo no recordar también a tantos hermanos cristianos no católicos! !Y al rabino de Roma y a tantos numerosos representantes de las religiones no cristianas! !Y cuántos representantes del mundo de la cultura, de la ciencia, de la política, de los medios de comunicación social!
6. A medida que se avecina el límite de mi vida terrena vuelvo con la memoria al principio, a mis padres, al hermano y la hermana –que no conocí porque murió antes de que yo naciese–, a la parroquia de Wadowice donde fui bautizado, a esa ciudad que amo, a mis coetáneos, compañeras y compañeros de la escuela primaria, del bachillerato, de la universidad, hasta los tiempos de la ocupación, cuando trabajé como obrero y después en la parroquia de Niegowic, en la cracoviana de San Floriano, en la pastoral de los universitarios, en aquel ambiente .... en todos los ambientes ... en Cracovia y en Roma ... en las personas que de forma especial el Señor me ha confiado.
Quiero decir a todos sólo una cosa: "Que Dios os recompense".
"In manus Tuas, Domine, commendo spiritum meum"
A.D.
17.III.2000
mamposa
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Excelente post, felicidades mi amigo @esteban.ruiz1983
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