PLANETA AZUL: LA SERIE DOCUMENTAL QUE NOS MUESTRA LAS MARAVILLAS DE UN MUNDO REAL.

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Acostumbrados a admirar los efectos especiales en las películas de Steven Spilberg, los poderes sobrenaturales de los superhéroes de Marvel, los intricadas escenas misteriosas de Tim Burton, y el universo de fantasía de Disney…hemos dejado pasar inadvertidos la asombrosa realidad que tenemos frente a nuestros ojos. Y es que, ciertamente, la realidad supera con creces las más exageradas ficciones de la cinematografía.

Planeta Azul es una serie documental que nos muestra el mundo submarino de nuestro planeta. Paradójicamente, el hombre conoce más la superficie de Marte que las profundidades de los mares y océanos de la Tierra. Las profundidades marinas son quizás el ambiente más hostil, al menos para nosotros: un mundo de presión aplastante, con temperaturas muy bajas y oscuridad total. Apenas hemos empezado a explorarlo, pero ya se sabe que es el espacio de vida más grande y diverso. Mientras más profundo, las condiciones se vuelven más extremas. La masa del agua crea presiones insoportables. No obstante, incluso a ocho kilómetros de distancia, donde antes se creía que la química elemental de la vida era imposible, existen especies extrañas viviendo en la oscuridad. Un ejemplo está en la Fosa de las Marianas, a casi 11 kilómetros de la superficie. Es un gran abismo que rompe el fondo del mar, y ha sido observado solo por tres seres humanos. Allí, hay especies viviendo a pesar de las condiciones extremas.

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Con esta serie de la cadena británica BBC Earth, los amantes de la naturaleza tienen un visor para penetrar en la intimidad de las especies que habitan en el espacio acuático del planeta. Es un visor que se apoya en el uso de la tecnología creada para grabar imágenes y sonidos con una elevadísima calidad. Gracias a esa tecnología, podemos ver y escuchar criaturas tan increíbles que antes solo podíamos concebir si las ubicábamos en el mundo de la cinematografía de ficción.

La primera entrega de Planeta Azul I se estrenó hace más de 10 años, y mostró al público las espectaculares imágenes de los mares y océanos, y de las asombrosas especies que lo habitan. Ahora, Planeta Azul II continúa descubriendo, ante sus asombrados espectadores, criaturas desconocidas como la esponja regadera de Filipinas y su curioso inquilino.

Es importante destacar que Planeta Azul revela la problemática ambientalista sufrida en los océanos debido al cambio climático y a la contaminación. En definitiva, por culpa de la intervención del hombre. La destrucción de tanta vida está a la vuelta de la esquina si no cambiamos la conducta autodestructiva de la humanidad. El hombre es el único animal que se empeña en acabar con el ambiente que habita sin ninguna razón más que la ambición por el poder.

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Planeta Azul es un documental que pretende despertar la conciencia conservacionista de la humanidad. No es posible quedarse de brazos cruzados ante el latente e inminente peligro que acecha a mares y océanos. Entre la cantidad de animales que vemos a lo largo de toda la serie, la majestuosidad de los escenarios, y las increíbles relaciones entre las especies circula la necesidad imperiosa de preservar la vida propia Si nos detenemos a pensar en un ejemplar como el “pez colmillo” notaremos enseguida que esta diminuto habitante de los arrecifes tiene una determinación y una perseverancia que más de una persona quisiera tener.

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La grabación de Planeta Azul II ha tardado cuatro años. Se han consumido mil quinientos días en el mar con seis mil horas de grabación. Se ha desarrollado en treinta y nueve países. Se han invertido trece millones de libras, y han intervenido cientos de científicos expertos en sus respectivos campos. Esta es la base que sostiene la filmación de Planeta Azul II: una súper producción que maravilla a los espectadores. Y que ojalá ayude a la humanidad a asumir su responsabilidad frente a los desequilibrios ambientales que amenazan la existencia de la vida marina. Es esencial entender que la extinción de una especie, aunque no lo parezca, marca el camino de nuestra propia extinción. Recomiendo que veamos Planeta azul para que tengamos un momento de diversión. Pero también para que reflexionemos y aprendamos a valorar el mundo en el que vivimos.