¹ Porque no estoy acostumbrado al trabajo corporal, ni criado en el campo, no sé otro oficio con qué poder sustentarme.


² El griego: grámma, un vale; una escritura de obligación, resguardo.


³ No alaba su infidelidad, sino su destreza y astucia. Al modo que cuando oímos alguna acción mala de un hombre, que la ejecutó con ingenio, condenamos la obra, y alabamos el talento, doliéndonos de que no lo emplee en cosas buenas.


⁴ Los hijos de este siglo, y los hijos de la luz son frases hebreas, por las que se significan los hombres, que sólo miran las cosas de la tierra, y los que siguen la luz y la verdad del Evangelio.


⁵ Son más sabios y más industriosos para procurar y adquirir estos bienes perecederos, que los hijos de la luz para los que pertenecen a la felicidad eterna que esperan; pero la prudencia de los primeros, según la carne, es la muerte de su alma; y la de los segundos, según el espíritu, es un manantial de vida y de paz (Rom viii. 6).


⁶ Esto es; en su grado, o también en el manejo de sus negocios, o como explica San Basilio, en la vida presente.