Los paisajes han sido desde el principio de los tiempos fuente de inspiración para fotógrafos, pintores y escritores, conectándose con el génesis del arte. Las experiencias al aire libre toman fuerza con el paso de los años de la mano con la necesidad antropológica de relacionarse con el medio ambiente e imitar su equilibrio, el cual se encuentra vinculado con el bienestar físico y mental del ser humano.
Venezuela es mundialmente reconocida por sus fantásticos paisajes que abarcan una amplia gama de climas, vegetaciones e hidrografías. Desde la cordillera de los andes hasta los espesos bosques del amazonas, pasando por las extensas llanuras. Millones de paisajes que impregnan de paz a quienes los visitan; algunos son muy populares como es el caso de los tepuyes a lo largo del parque nacional Canaima, el Salto Ángel o quizá el paramo merideño perteneciente al parque nacional Sierra Nevada, el archipiélago de los Roques y la isla de margarita; principales atractivos turísticos de nuestro país. Sin embargo, existen lugares muy pocos concurridos, por la dificultad de acceso, largas horas de viaje y extensas caminatas; por lo tanto solo los más aventureros son capaces de adentrarse.
Escondidas por hectáreas de bosques, se encuentran verdaderas maravillas paisajísticas, tesoros que se mantienen indemnes en territorios que en parte son ajenos al turismo en la actualidad. Ejemplo de ello, son las caídas de agua conocidas como saltos, en esta oportunidad haremos referencia al Salto Pará. Ubicado en el estado bolívar a 3 horas de recorrido a través de la carretera nacional desde Ciudad Bolívar- Caicara del Orinoco. En la población de Maripa, emprendiendo un recorrido fluvial de 11 horas de duración río arriba justo a la mitad del rio Caura encontrando el campamento “El playón”, donde comienza el recorrido de 2 horas de caminata entre arboles y rocas en ascenso, atravesando riachuelos, disfrutando de la exquisita biodiversidad a lo largo del trayecto, hasta la comunidad indígena Yekuana “Las Pavas” o en idioma étnico (Kuyuwi) donde encontramos el Salto Pará, la segunda catarata más amplia del mundo y la más grande de América latina.
Datos importantes que quizá muy pocos conozcan, pero que representan un motivo más para sentirnos orgullosos de haber nacido en este país bendito, dejar de maravillarse por este salto es prácticamente imposible, su poderoso caudal y lo extensa de su caída produce la sensación de estar en el fin del mundo. Su rocío puede alcanzarte incluso estando a metros de distancia; En contraste con la calma de la playa que se forma justo debajo, un verdadero paraíso, perfecto para nadar. Los caminos cortitos que van desde la comunidad las pavas hasta el salto permiten disfrutar de una biodiversidad insuperable, incontables especies de gigantes arboles y un sin número de especímenes de fauna silvestre. Este cuadro no estaría completo sin nombrar a los cálidos indígenas que habitan en esta comunidad pertenecientes a los pueblos yekuana y sanema, que sin duda hacen de esta aventura una experiencia inolvidable.