Conservo entre mis papeles antiguos algunos apuntes que voy a recordar y reproducir aquí:
Entonces yo creo que de la Escuela Normal de Magisterio se salía con suficiente y sobrada formación. Claro que no existía el PC Mac book Pro que manejo yo ahora.
El Bachillerato era de siete cursos más la reválida de 7º.
Lo que más envidio de los planes actuales de estudio es que ahora salen los alumnos del bachillerato hablando uno o dos idiomas, y sobre todo el inglés.
Entonces estudiábamos unos cuantos idiomas durante los siete años, pero el profesorado de idiomas dejaba bastante que desear y sobre todo la conversación, ya que no podíamos hablar con fluidez y sobre todo que la fonética era totalmente deficiente. Recuerdo que pronunciábamos así, “tomeito” “poteito” “cacídral” “farmer” etc. etc. Pero lo que sí llegábamos, era a leer y entender cualquier texto escrito, e incluso a redactar una carta en cada uno de los idiomas estudiados, pero no podíamos mantener una conversación oral.
Estudiábamos durante los siete años, Italiano, Francés, Inglés, Alemán y por supuesto las dos lenguas clásicas Latín y Griego, y no recuerdo que hubiera distinción entre los estudiantes de letras o de ciencias. Todos estudiábamos Ecuaciones bicuadradas, Logaritmos, Trigonometría, Integrales, Límites y traducíamos a Cicerón o a Jenofonte.
Recuerdo que la mayor tortura era la Literatura, porque los profesores nos exigían una erudición memorística excesiva y más que en el análisis de textos nos obligaban a saber la vida y obras de todos los autores desde “El mío Cid” hasta la “Generación del 98”. De la “Generación del 27” ya tuvimos que leer obras después de terminar tanto el Bachillerato como la carrera de Magisterio, que es por la que optamos algunos de los chicos y chichas de mi curso después de aprobar la reválida.
No voy a cansar con anécdotas curiosas y jocosas. Solo un pequeño apunte sobre una letrita que sacamos y cantábamos riéndonos de nosotros mismos y del plan de estudios. Decía así la letra referida a los autores literarios:
Con tanto señorín
No sábemos que hacer
Y todo se reduce
a mucho tiempo que perdeeeeer……
Pero aquellos conocimientos de lenguas escritas sí que nos valieron para consultar la bibliografía en la Carrera. Algunos ejemplos:
A. Fauville, “Elements de phychologie de l`èenfant” Entonces un libro fundamental para profundizar en el conocimiento de la infancia y la adolescencia, con lo que nos teníamos que enfrentar en el ejercicio profesional del Magisterio en las aulas.
M. Debesse. “ La crise d`originalité juvénile” . Entonces era lo más innovador de la investigación psicológica. Tengo un apunte que dice: Orientación europea, en contraposición a la orientación psicológica americana.
P. Amaldi “Dall infancia all`adolescenza”, Pero esta obra fue un consejo de algún profesor cuando ya estábamos ejerciendo de maestras cada cual en su destino, porque se editó años después de terminar nuestra carreras.
Y el más fácil de estudiar: A. Gesell “ La educación del niño en la cultura moderna” Editada en Buenos Aires. Entonces Argentina era pionera en investigaciones psicológicas y el autor hace un estudio del comportamiento humano desde el nacimiento hasta los 16 años.
Con estas pinceladas, los steemians que se dediquen al excelso oficio de la docencia pueden hacerse una idea si lo comparan con los sistemas y planes de estudio actuales. Os deseo buena suerte.
También estudiábamos la anatomía humana:
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