¿Debemos Creer En Los Sueños?

in spanish •  6 years ago 

En la noche del 20 de octubre de 1965, la señora Sybil Brown, ama de casa en la ciudad inglesa de Brighton, despertó sobresaltada en dos ocasiones, a causa de una pesadilla. Era un sueño tan angustioso que despertó a su esposo para contárselo. Las dos veces soñó que estaba junto a una cabina telefónica, y desde ese lugar oía los sollozos y los gritos de terror de una niña que estaba dentro. La señora Brown le decía que apoyara el dedo en el botón del aparato, para establecer la comunicación, pero la niña no escuchaba y se guía lamentándose. En ese momento cambió el sueño, y vio otra niña de seis o siete años que avanzaba lentamente hacia ella, por el centro de una calle sombría. A su derecha, una enorme masa negra tapaba la calle, y entonces oyó una voz que decía: "Toda la familia está en casa".



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Por la mañana siguiente, antes de partir para Southampton, donde pasaría el fin de semana con su esposo, la señora Brown contó su sueño a sus vecinas.

El señor John Arthur Taylor, de 63 años, que vivía en Stacksteads, en Lancashire, tuvo un extraño sueño en la noche del 20 de octubre de 1965. Explicó más tarde a su familia que había visto en sueños la palabra "Aberfan", escrita en letras de fuego sobre fondo negro. La palabra no le decía nada.

El señor Alexander Venn, de Combe Martin, en el Devon, tuvo un extraño presentimiento el 13 de ese mismo mes, como si algo espantoso fuera a suceder muy cerca. Intentó concretar sus inquietudes en una tela, pues era aficionado a la pintura. Pero sólo podía pensar en carbón, en niebla, y terminó por dibujar una cabeza desconocida en el centro de la tela ennegrecida.

La señora Mónica McBean, vecina dę Woking, en el Surrey, no había tenido nunca sueños proféticos ni presentimientos. Trabajaba en una compañía de aviación, la British Airways Corporation, y dice que en la mañana del día 21 de octubre de 1965 se sintió de pronto indispuesta. Tuvo que abandonar su escritorio y fue a tenderse en un diván. A las personas que le preguntaron qué le sucedía, declaró: "Es espantoso. En cuanto cierro los ojos, veo una montaña que se mueve, toda negra, que avanza devorando a unos niños".

Una Explicación Para Esos Sueños

En la mañana del 21 de octubre de 1965, una montaña de residuos resultantes de la explotación de una mina se deslizó lentamente hacia el pueblo de Aberfan, localidad situada en el País de Gales, zona minera situada al oeste de Inglaterra, y aplastó y sepultó una escuela y una docena de casas. El saldo trágico de esta catástrofe fueron ciento cuarenta y cuatro hombres, mujeres y sobre todo niños, muertos.

La prensa británica se hizo inmediatamente esta pregunta: ¿No era posible preverlo? Y mientras científicos y expertos daban su opinión, otras personas se hacían esta otra pregunta. ¿Hubo alguien que en sus sueños vio con toda claridad lo que iba a suceder?



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Un psiquiatra inglés reunió 172 respuestas a las preguntas hechas entre su clientela y en los hospitales donde ejercía. El Centro de Investigaciones Psicofísicas de Oxford, que tuvo la misma idea, estableció una relación sobre cincuenta casos interesantes de premonición o de sueños proféticos, en relación con la tragedia de Aberfan.

"Por último, un famoso dominical, el News of the World, recibió más de 200 cartas contestando a la pregunta: ¿Tuvo usted alguna premonición sobre lo sucedido en Aberfan?

Tenía Solo Un Valor Relativo

Gran parte de la información proporcionada hubiera sido de enorme interés de haberse conocido antes de esa mañana fatal. Después resultaba difícil apreciar en su justo valor las contestaciones recibidas. Y el citado periódico conservó las declaraciones dignas de fe, en las que hubiera dos testigos por lo menos. Algunas de ellas son las que se brindan en la primera parte de artículo.



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Tal vez el caso más patético de todos fue el de la pequeña Eryl Mai, de seis años, que días antes de la catástrofe dijo en dos ocasiones que había soñado con una enorme nube negra que la envolvía y se la llevaba. Esta niña pereció en la escuela de Aberfan, aplastada por una montaña de lodo y carbón.

Después de esto queda por saber cuál fue la magnitud del fenómeno. Fuera de las islas británicas no se registraron premoniciones de la catástrofe de Aberfan. Pero en el pasado se produjeron numerosos sueños proféticos como los del naufragio del Titanic, en 1912. Y es más, en 1898, el novelista Morgan Robertson escribió la historia de un gigantesco navío que se autonombraba insumergible. A pesar de su aparente seguridad, recibió el impacto de un oculto iceberg y se hundió en el Atlántico Norte. ¿Cuál era el nombre de ese barco en su sueño? Aunque suene a fantástico se llamaba Titan.

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