¡Gladiadores de Libertad!
Venezuela una nación próspera, joven, inquieta, alegre, religiosa, familiar, solidaria, rica en recursos, de grandes hombres y mujeres, tierra de libertadores, de científicos, de artistas y deportistas, de políticos y maestros, de agricultores, de productores, de ganaderos, de grandes pensadores, humanistas y poetas, tierra del Alma Llanera, del Pajarillo y Caballo viejo, tierra de Simón Bolívar, de Rafael Urdaneta, de José Antonio Páez y de Antonio Guzmán Blanco, nación de Simón Rodríguez, de Teresa Carreño, de Simón Díaz, de Humberto Fernández Morán, de Arturo Uslar Prieti, de Renni Otolina, de Bernardo y Jesús Rodríguez D’Empaire, de Bernardo Rodríguez Iturbe, de Francisco Rodríguez González, tierra de un bravo pueblo, tierra de soñadores, tierra de oportunidades, una nación que le abrió las puertas al mundo, sin requisitos ni restricciones, sin racismos ni prejuicios, donde negros y blancos se pueden sentar en la misma mesa, donde judíos, protestantes y católicos pueden convivir sin problemas, donde en cualquier casa la hospitalidad es ley, y comparten su mesa y las arepas con cualquiera, donde un extraño es un amigo y un amigo es un hermano.
Mi país, mi Venezuela, su gente emprendedora, gente creativa, activa, de buen humor, del dulce de leche, de la jalea de mango, de conservas de plátano y de coco, esa tierra del sancocho, del mondongo y del cruzado, de la reina pepiada, del tumbarancho, de la parrilla y del pescado asado, de las empanadas de carne mechada y los pastelitos con queso, de la hamburguesa con carne, chuleta, pollo y lomo negro, del patacón, de buena y fría cerveza y del ron, del café negro y con leche, de las fiestas patronales, de las misas de gallo, de la hallaca y el pan de jamón, de los intercambios de regalos y del amigo secreto, de las metras, el emboque y la petaca, del juego de bolas criollas y del dominó.
Mi tierra bendita, mi Venezuela amada, por ti se han derramado y han caído lluvias de lágrimas, muchas de alegrías, otras de tristezas, algunas de orgullo y otras de esperanzas; corazones hinchados latiendo sin parar, bombeando ríos de sangre que han bañado tus calles, gente que ha sacrificado mucho pidiendo tu libertad, entre gases, plomo y perdigones, te han querido callar, sin mediar entre niños, mujeres o ancianos, con esposas te han bajado los brazos y con garrotes te han bajado la frente, obligándote a poner tus rodillas sobre la tierra, y la justicia no solo ciega, sino también muda y sorda, pagada u obligada a parcializarse, por medio de policías y guardias con acentos extranjeros, que gozan sádicamente de agredir a nuestra gente en doblegarte, tiranos que falsamente en nombre del amor y una falsa pasión patriótica, te agreden matando a nuestra gente en hospitales sin medicinas ni insumos, matando a niños, enfermos, débiles y ancianos al impedir se sirvan en sus mesas alimentos suficientes y de calidad.
Mi gente hermosa, mis hermanos Venezolanos, gente desesperada que buscan a sus hijos, perdidos o extraviados en las marchas, en las protestas, o por culpa de una feroz delincuencia, muchachos, luchadores, soldados de blue jean y franela secuestrados por los infames, privados de su libertad por pedir a gritos para su pueblo LIBERTAD, acusados de traicionar con sus acciones una ideología que nunca compartieron, suministrándole sustancias para hacerlos confesar culpas que no son suyas, y encerrarlos en el olvido, en mazmorras frías y sombrías, a esperar el término de su existencia.
Familias de mi tierra, de mi Venezuela, hoy se encuentran enlutadas, desesperadas, ven con tristeza como huyen sus hijos, huyen de la desesperanza, de la injusticia, de la indolencia, de la muerte, huyen buscando nuevos rumbos, buscando libertad para sus familias, un futuro que si bien se muestra incierto al menos es esperanzador, y los que se van, los que nos quedamos, los que se fueron, cada quien como puede, lucha, guerrea, batalla, vive o muere, pero dando lo mejor de cada quien, como grandes luchadores, como Gladiadores por Venezuela.
Hoy en mi tierra, en mi Venezuela, una esperanza se vislumbra, un nuevo y joven Líder se abre paso desde abajo, desde entre la gente, ha emergido como el Fénix, en este, si se quiere, el último intento de poder obtener nuestra libertad, apegado a la constitucionalidad y a las leyes, se ha iniciado un proceso decisivo para dar revés a la historia y llenar las nuevas páginas de nuestros libros, con grandes cambios, con mucho trabajo y esfuerzo, por recuperar lo nuestro, lo bonito; a esto se le han sumado muchas naciones, se han unido para apoyarnos en el proceso, y a cada instante, cada día, más manos se suman, más naciones se juntan, para detener la tiranía, para sacar a la usurpación y poder recuperar nuestra nación, no será fácil ni sencillo, pero pronto se verá un nuevo país, una nueva nación, fuerte, noble y convertida en un ejemplo de la historia, con esfuerzo y con trabajo, con sudor y muchos brazos, se levantarán las columnas, las nuevas instituciones que pondrán el orden y la justicia, y sobre toda mi tierra brillará, un nuevo sol, una nueva bandera, y volverá mi tricolor, el de las siete estrellas.
Un excelente resumen de lo que es Venezuela. No me gusta hablar de política por estos medios, pero te secundo en tu sentir. Mejor expresado no puede ser.
Un abrazo.
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