Queremos cosas materiales; pero, ¿las necesitamos?. Es posible mantener un equilibrio entre lo que creemos necesitar para mantenernos en este mundo y lo que realmente nos permitirá la vida eterna?
Busquen continuamente el reino de él [de Dios], y estas cosas les serán añadidas (Lucas 12:31).
La Biblia NO señala que exista algún tipo de equilibrio entre las cosas materiales y las espirituales.
Por el contrario, NO solamente son opuestas sino que su naturaleza y objeto es superponerse una sobre la otra.
15 No estén amando ni al mundo ni las cosas [que están] en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él;
16 porque todo [lo que hay] en el mundo —el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno— no se origina del Padre, sino que se origina del mundo.
17 Además, el mundo va pasando, y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. (1 Juan 2: 15-17)
Las cosas materiales son temporales y las espirituales son eternas. Por ello, no pueden estar en equilibrio.
Nosotros debemos mantener nuestra vista e interés en las cosas espirituales. Asimismo, los tesoros que acumulemos deben ser para el cielo y NO para este mundo.
Porque donde está tu tesoro, allí también estará tu corazón. (Mateo 6:21).
De esta manera, en Cristo Jesús, andaremos en el Espíritu y NO en la carne.