“Por favor hablemos de esto, te lo pido…” murmuraba solo para que él escuchara. Intentaba con todas mis fuerzas no sollozar.
“Ya basta, es lo mismo siempre. Me echas a un lado y me alejas de ti, creo que lo mejor será que todo quede hasta acá.” Se aclaró su garganta y termino con “Me voy. Lo siento… En serio.”
Sentí como algo se rompía en mis adentros, y repentinamente tuve ganas de gritar a todo pulmón pero justo cuando me decidía a hacerlo ya la puerta se cerraba y lo único que pude decir por lo bajo, fue “¿A dónde piensas ir sin mí? No me dejes porque… ” Jamás me había preguntado el por qué necesitaba de él, o simplemente de la compañía de alguien; solo para que al final termine por echarlo de mi vida.
Siempre es igual, no hay momento de mi vida en que no me sienta abandonada, todo termina igual. Al igual que el mar me siento tan llena pero tan sola, rodeada de cosas pero tan vacía. Parece más un miedo y una costumbre; un miedo a la soledad, un miedo a ser abandonada, a ser rechazada, reemplazada, pero a la vez es una costumbre estar sola que ya no sé cómo estar con alguien a mi alrededor. Es contradictorio, todo en mi vida lo es. Disfruto estar sola pero no en soledad.
Mi cabeza solo daba vueltas para encontrar razones por las cuales no podía estar sin él. Esta vez me proponía a arreglar todo, a ponerle sentido a mi vida.
“¿A dónde piensas ir sin mí? No me dejes porque… Porque eres lo que siempre quise en alguien, porque eres quien me hace reír, porque eres en quien he aprendido a confiar, porque ya sabes encajar mis piezas al igual que un rompecabezas cuando lo sabes de memoria, porque desde el primer día supe que jamás encontraría alguien como tú, porque no quiero extrañarte de esta forma, porque me causas ese sentimiento de que se tanto cuando realmente no lo sé todo, porque puedo compartir mi felicidad contigo, porque necesito que me enseñes cada día a quererte un poco más, vuelve y quédate aquí.” Tantas cosas que necesitaba decirle. Tenía que reconocer que había hecho tantas cosas mal pero jamás me había molestado cuando alguien más se había alejado de mí hasta ahora.
¿Por qué había surgido esta necesidad ahora y no antes con cualquier otra persona? Dicen que los corazones rotos pueden ser arreglados con un abrazo fuerte dado por los brazos correctos, pero, ya muchas veces me habían abrazado con intensidad, con amor… Quizás sus brazos eran los correctos.
De pronto en mi surgió la idea de buscarlo, tenía que buscarlo. Tenía que decirle que lo necesitaba a mi lado, que era todo lo que quería, con quien quería pasar el resto de mi vida, a quien admiraba y valoraba a pesar de todos los problemas.
Salí desesperada a la calle, miraba a los lados y no sabía hacia donde ir… De pronto pensé que quizás habría ido a casa de algún amigo. Corrí, corrí como una loca, corrí con gran desesperación, cuando poco a poco fui desacelerando al encontrarme con una gran multitud de personas en la calle, había ocurrido algo, un accidente. Cuando pude pasar más cerca del accidente note dos autos que impactaron, prácticamente deshechos, al ver la que quedaba de la placa trasera de uno de ellos mi corazón se detuvo por un milisegundo, era la placa de su auto. A mi cabeza llegaron todos los recuerdos como un torbellino.
Comencé a empujar personas y a buscarlo entre toda la multitud, gritaba su nombre y no había respuesta, cuando finalmente me encontré con un policía pregunte deshecha y con el corazón en la mano por él; después de una serie de preguntas sobre quien era y todo el protocolo sólo aumentó mis nervios, no me resistí y termine corriendo a la escena y ahí estaba él, tirado en el frio pavimento recibiendo atención. Rasguñado, con moretones y graves heridas con hemorragias… Aun así no me resistí de tocarle y abrazarlo; los paramédicos protestaron pero no podía soltarle.
No sentía su pulso, estaba tan frio, tan lejos pero aun así necesitaba decirle tantas cosas, pero descubrí que al abrir mi boca no salía nada, comencé a llorar y a pedir que volviera. Mire al cielo por un segundo y dirigí mi mirada nuevamente hacia él, los paramédicos seguían peleando para quitarme de allí pero yo sabía que no había mucho para hacer.
Lo acerque a mi rostro y murmure suavemente solo para los dos “¿A dónde piensas ir sin mí? No me dejes porque eres todo lo que tengo, todo lo que necesito, eres mi final y mi comienzo, sin ti no sé qué hacer. No me dejes por favor, no lo hagas.”
Dicho esto fui apartada de él por policías y paramédicos, y así fue como lo alejaron de mí, se lo llevaron y nuevamente fui abandonada, a comenzar a estar sola, vacía.
“Creo que nunca hay un momento exacto o perfecto para querer o amar a alguien, solo momentos en los que la felicidad es mucho más grande, es compartida y por eso se vuelve algo especial pero nunca hay una fecha exacta para determinar cuándo dar amor.” Decía en voz baja mientras caminaba por en medio de la calle lentamente; y recordaba que había algo que olvide decirle minutos atrás, me detuve en un cruce sin percatarme de quien estaba y quien no, si había autos o no, y grite mirando al cielo “¿A dónde piensas ir sin mí? No me dejes porque…”
Me encantò tu historia; un poco triste con un final inesperado...
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¡Me alegra que te haya gustado!
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Que historia tan bonita, super triste pero profunda, el final me conmocionó un poco pero la verdad muy bueno! te felicito @gellyarenas saludos.
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¡Gracias, me encanta que te haya gustado! Saludos<3
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