Es la respuesta que comúnmente me dan al enterarse que tengo ocho hermanos. Exactamente siete hermanas y un hermano.
La excusa de mis padres es que ellos solo buscaban al varón, aunque después de conseguirlo hayamos nacido tres chicas más.
Todos sabemos que solo les gustaba divertirse.
Sus caras al saber que tengo quince sobrinos. Y si, siguen en aumento. ¿Qué puedo decir? A mis hermanos también les gusta divertirse.
Solo Dios puede juzgarlos.
Yo suelo reírme mientras me encojo de hombros. E independientemente de lo que los demás puedan decir y que en ocasiones nos llamen la familia de los locos Addams versión venezolana. Soy feliz de que a mis padres no les gustara ver televisión.