Ensayo sobre la tragedia de un marino

in spanish •  6 years ago  (edited)

Juan Ignacio Salvador de la Exaltación de la Cruz García Sosa Basabilbaso a quien por cuestiones prácticas llamaremos “Nacho”, había nacido en un año no determinado en algún punto entre Sanlúcar de Barrameda y el Cabo de Hornos.

Galeón

Desde pequeño mostró inclinación por las tareas marítimas, ayudaba a su padre con el bote y las redes, lo acompañaba a pescar, recogía crustáceos en la playa e intentaba encontrar huevos de gaviotas y fragatas. Al respecto siempre se preguntó cómo nacían estas aves ya que jamás pudo encontrar un solo huevo.

También supo que alguna vez sería marino, que se subiría a algún velero y partiría en busca de otros rumbos, claro que esa sería la única forma de irse porque vivía con sus padres en un pequeñísimo islote alejado del mundo y rodeado solo por agua.

Un día llegó la oportunidad que esperaba, una enorme carraca se aproximó a su islote y Nacho no daba crédito a su suerte. No perdió tiempo y se arrojó al agua, nadó hasta la enorme nave de carga y subió trepando por un cabo que colgaba del castillo de proa. Poco tardó en darse cuenta que la nave tenía un rumbo del tamaño de su casa, se estaba hundiendo y los tripulantes la estaban abandonando precipitadamente.

Este contratiempo además de darle un gran golpe a su ilusión elevó la densidad poblacional del islote a números descomunales, si en ese tiempo hubiera existido el Guinness seguramente su ignoto hogar figuraría en un lugar destacado del libro de los records.

Ese naufragio también trajo el problema de la alimentación, no había en la isla ningún lugar donde sembrar una semilla, en el supuesto caso que se hubiera salvado alguna, cosa que no ocurrió. Todo era piedra, viento y salitre, ni un metro de tierra fértil había en ese insignificante peñasco.

Pero algo bueno obtuvo Nacho de esta desgracia, entre los náufragos había un maestro que se mostró dispuesto a enseñarle a leer y escribir, de todas maneras no había más nada que hacer en el lugar y el aburrimiento estaba tan imbuido en el espíritu de los desamparados marinos que varios pensaron en suicidarse aunque ninguno consiguió un mosquete, un árbol o un lugar lo suficientemente alto como para colgar una cuerda.

El hecho es que comenzaron las clases de lectura y escritura.

Al principio el progreso fue evidente, Nacho aprendía a leer rápidamente bajo la atenta y diligente actitud del maestro, pero pronto aparecieron los primeros inconvenientes, tenían solo un libro y era un manual de uso del cabrestante de solo 2 hojas y el alumno, rápido, se lo aprendió de memoria. Con la escritura también hubo ciertas dificultades, no había cuadernos ni lápices, el abandono de la nave había sido tan expedito que todo se hundió con ella. En un primer momento se arreglaron con las grandes rocas de la playa y otras pequeñas con las cuales horadaban la piedra para dibujar alguna letra, incluso hasta palabras simples se podían adivinar, pero pronto se les acabaron las 7 grandes rocas que había en la isla y ya no pudieron continuar con esa técnica.

La situación era desesperante, su padre salía hasta tres veces al día para conseguir peces con los cuales alimentar a tanta cantidad de hombres, para peor, en la insignificante isla ya no quedaba otra cosa para recolectar, ni siquiera tenían nada para quemar y el pescado había que comerlo crudo, una verdadera porquería.

Pero un día todo cambió, acertó a pasar por allí una flota compuesta por más de 15 navíos. Gracias a que entre los tripulantes y viajeros había un señor de apellido Darwin que era más curioso que un grupo de vecinas, quiso el destino que se encaprichara por desembarcar en el minúsculo islote para investigar si allí había alguna especie animal desconocida por la ciencia, fue entonces que los encontraron. Pura suerte porque en la isla no tenían nada para llamar la atención, hasta el manual del cabrestante hacía rato que lo habían quemado tratando de cocinar un pulpo que crudo era imposible de comer.

La alegría de Nacho por poder salir y conocer el mundo solo se vio empañada por la decisión de sus padres de quedarse en la isla, sin embargo se embarcó en uno de los navíos como grumete, única manera de pagar su pasaje.

Al doblar el Cabo de Hornos una tempestad diezmó a la flota, 4 embarcaciones zozobraron, entre ellas la de nuestro joven héroe. Su nuevo empleo finalizó tan rápido como había comenzado y ni siquiera pudo cobrar un solo salario.

Con los restos de un pequeño bote, solo y medio muerto de frío llegó a la costa patagónica. Dentro de la desgracia se alegró al ver que la tierra se extendía más allá de lo que sus ojos podían abarcar, era una sensación maravillosa observar tanta extensión de playas que terminaban en altísimos acantilados repletos de aves.

Ñandues

Su desazón fue muy grande al observar que estaba solo, otra vez el mar y la desolación y esta vez ni siquiera contaba con la compañía de sus padres. Comenzó a caminar y luego de dos días pudo subir el acantilado por unas salientes parecidas a una escalera natural formada por piedras talladas por el viento. Una hermosa sensación a excepción de la gran cantidad de guano de los bichos alados que le pareció horrible. Arriba, para su sorpresa, encontró una toldería y varios indígenas que lo trataron amigablemente, salvo por el detalle que primero deliberaron por varias horas en un lenguaje que Nacho jamás había escuchado. Lo cierto es que lo adoptaron y le presentaron a Kre' Sawken la hija del jefe, según sus palabras era una joven muy hermosa, pero considerando que salvo su madre era la primera mujer que veía, no podemos tomar sus palabras como definitivas.

Hubo una ceremonia de la cual no entendió prácticamente nada y luego pasaron a un gran festejo donde comió cosas que no sabía que eran, por suerte, pero que le parecieron deliciosas, luego lo dejaron solo con la joven. Estaba casado.

Vivió contento y feliz con su esposa quien le enseñó que las gaviotas, las fragatas y otras aves ponían sus huevos en los agujeros de los acantilados, por fin pudo comerlos y se hizo fanático de ellos, hasta que conoció los huevos de ñandú que eran seis veces más grandes.

Nacho tuvo tres hijos y una vida plena aunque falleció de un ataque al hígado por consumo excesivo de huevos de ñandú fritos, a la temprana edad de 21 años.

Héctor Gugliermo

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@hosgug

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Jajajajajaja muy bueno!!! lo terrible de esto es que me imaginé cada línea! jajajaja Muy bueno!

Si gracias!, te digo que me desperté esta mañana con la idea en la cabeza y creo que lo soñé, así que solo lo escribí en la oficina antes de comenzar mi jornada laboral.

Jajaja lo mismo me paso

Tremenda historia, qué bueno y qué triste fin le has dado y cómo sabes detallar los temas para mantener el suspenso. Tenemos que pedir premio a los que posteen con mucho esfuerzo. Felicitaciones

Muchas gracias @pastorencina cree una historia tragicomica tenía que terminarla así.

Muy interesante y entretenido relato!!

Tanto desafio que paso Nacho y vino a morir tan joven . Gracias por compartir

Y de que manera, jajaja. @yris alguna vez viste un huevo de ñandu? Son enormes!

Este artículo es sobresaliente. La mezcla de sensaciones que produce al leerlo es fascinante.

Muchas gracias por leerlo y por tan atento comentario, eres muy amable.

Historia muy interesante, leerla es imaginar cada escena, es como vivir en la aventura!

**¡Felicitaciones!**

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Jejeje! Excelente relato, todo un compendio de desafortunadas aventuras. No alcanzo a imaginar la cantidad de aceite requerido para freír un huevo de ñandú, seguramente tanto como el nombre de Nacho.
Saludos @hosgug

Si! Lástima que no se me ocurrió ese remate. Excelente, muchas gracias.

Corrí, nadé vivi cada momento de tu escrito. Waoo realmente tenía muchos nombres eso chico. Está icreible, eres ejemplo a aseguir.

Eres muy amable! Gracias por leer y comentar.

Muy bueno, tienes mi voto

Tanta aventura y sólo llegó a los 21 años, que bárbaro.

Una vida corta pero intensamente vivida!

Buen post, su sueño era concer el mundo y tratando de hacer eso conocio a su esposa. Gracias por compartir!

Muchas gracias. Quise cambiar un poco el sentido de mis publicaciones que son siempre serias.

Me sorprendio el final, murio por comer mucho huevo de ñandú frito