Una inglesa bandolera en la Patagonia

in spanish •  6 years ago 

Nacida en 1875 en Yorkshire, Inglaterra, la “inglesa” o “la Grenil” fue un caso raro de una bandolera y pistolera asesina que anduvo por la Patagonia a fines del siglo XIX y principios de XX.

A los 15 años viajó con sus padres, John Alfred Greenhill y Francis Emma Beckar y 4 hermanos a Chile, venían a desempeñarse como ganaderos en Victoria una población del Sur chileno.

Helen Greenhill Beckar era una muchacha alta, rubia y muy delgada, casi siempre vestía de negro, bombachas y botas hasta las rodillas con espuelas chilenas chaleco y poncho.

Helen Greenhill Beckar

A los 21 años se casó con Manuel de la Cruz Astete que tenía 20 años más que ella, era comerciante y viajante que andaba frecuentemente por Viedma, Patagones y otras poblaciones de la provincia de Río Negro en Argentina, al parecer en negocios poco claros; con Astete tuvo dos hijos.

En 1904 se instalaron en Corral de Piedra, Neuquén, Argentina y al poco tiempo el Comisario José B. López denuncia el hallazgo del cadáver de un hombre de unos 50 años, al parecer asesinado a palos, se trataba de Manuel Astete. La acusación recayó sobre “la inglesa” pero un abogado de nombre Martín Coria, muy relacionado con el poder, la defendió y se culpó a un peón de la familia. Al poco tiempo Helen se casa con Coria y como testigo sale el comisario que había investigado el crimen.

La puntería con las armas de “la inglesa” era muy comentada y la hicieron famosa en la región.
La pareja abrió un almacén de ramos generales y también se dedicaron a la compra, venta y traslado de hacienda, especialmente ovejas y pronto comenzó a comentarse que mucho del ganado era robado, también se decía que no le pagaban a los proveedores de la almacén.

El desparpajo y el descaro con que el matrimonio y sus secuaces se movían por la zona no tenían límites, solían presentarse ante los ganaderos de la zona y robarles el ganado a cara descubierta y siempre blandiendo armas.

En una oportunidad una partida de la policía al mando del comisario Domingo Caligaris a quien acompañaban dos ganaderos que habían sido despojados de su hacienda por la banda de “la inglesa” y el comisario local de apellido Altamirano, se llegaron hasta el almacén del matrimonio para detenerlos, los recibieron a los tiros y luego los invitaron a parlamentar, Altamirano y un ayudante se acercaron pero comenzaron nuevamente los tiros y el resto de los policías se vieron obligados a retirarse, los dos primeros fueron tomados como rehenes y obligados a firmar una guía que autorizaba a los Coria a arrear el ganado (robado).

Martín Coria enfermó gravemente y viajó a Buenos Aires para hacerse atender pero falleció casi de inmediato, era octubre de 1914 y “la inglesa” volvía a quedar viuda.

No tardó nada en volver a convivir con otro bandolero, un tal Martín Taboada quien robaba ganado en Chubut y lo vendía en Chile.

Helen pareció presentir su final y gracias a que era metódica y calculadora dejó el rancho, la hacienda, dinero en efectivo y la autorización para cobrar deudas a sus dos hijos, Armando(18) y Cesar Eulogio(16) que por ese entonces habían sido enviados a Buenos Aires .

Ella y su amante partieron hacia Chubut, presumiblemente a robar ganado pero fueron emboscados por el subcomisario Félix Valenciano y el agente Norberto Ruiz quienes le dispararon por la espalda.
El parte de la policía dijo:

“A las 3 pasadas meridiano en el paraje denominado Laguna Fría de esta jurisdicción, falleció Elena Greenhill viuda de Coria, quien era británica de 42 años de edad, a consecuencia de dos heridas de bala”.

La periodista inglesa Rosa Forbes la describió así:

“…fuera de la ley, conocida como “la inglesa” que siempre llevaba un revolver en la blusa y un rifle bajo la montura. En compañía de un amante, le puso una pistola en la nuca a un antiguo admirador para sacarle cuarenta mil pesos, el valor de la lana que acababa de vender. La mataron sin darle oportunidad de rendirse…”

Romántica, calculadora y sin escrúpulos, ejercía sobre los hombres una rara pero persuasiva influencia, tuvo pocos errores en su vida pero el último le costó la vida.

Héctor Gugliermo

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Interesante historia, peligro de mujer esta "inglesa".

Si, muy peligrosa. Las mujeres también pueden ser maleantes y la historia demuestra que tan sanguinarias como los hombres.

Sus post son muy buenos. Esta historia es muy entretenida.

Me alegro que te gusten. Muchas gracias por leer y opinar.

Muy interesante la historia

No hay muchas mujeres maleantes pero cuando encontramos alguna pueden ser tanto o más peligrosas que los hombres.

Buen post siempre nos cuentas historias interesantes esa mujer mala pero a la final recibió su castigo por que hay un refrán que dice el que la hace la paga gracias por compartir saludos.

Una mujer delincuente que murió como había vivido.

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Tremenda mujer

Un caso serio. Raro pero real.

Una mujer con una personalidad y temperamento tremendo. Terminó como debía terminar
Excelente post @hosgug

Muchas gracias @pablo1601 un caso raro aunque no el único de una mujer maleante en nuestro país. Hace un tiempo publiqué un post donde hablaba de otra pero esta vez aquí cerca de Buenos Aires, más precisamente en el delta del Paraná.