Trabajo en una empresa de desarrollo de software y en los últimos dos años varios venezolanos han ido incorporándose a la lista de empleados.
Con el correr del tiempo fui conociendo a cada uno de ellos y he aprendido a respetarlos como profesionales, a quererlos como personas y a comprender el enorme drama del desarraigo y el sufrimiento por su patria y por los familiares y seres queridos que han dejado allá.
Son unas pocas historias pero suficientes como para comenzar a entender la profundidad del problema y como contrapartida la gran entereza de esta gente para afrontarlo y salir adelante en otro país que les abre sus puertas y les brinda su amistad y comprensión.
Solo mencionaré una inicial para preservar sus respectivas identidades.
H. fue el primero que conocí. Ingeniero en sistemas, llegó solo hace poco más de dos años y gracias a su capacidad de trabajo y un poco de ayuda de la empresa y de varios de sus compañeros, en seis meses pudo traer a su esposa y sus dos pequeños hijos. Alquiló un departamento en Flores y pelea todos los días para progresar en el empleo y en mejorar el bienestar de su familia. Hace pocos meses vino su cuñado y pese a que no es profesional ya está trabajando y colaborando con la familia. Su gran preocupación: traer a su madre. No deja de sorprenderse al ver fotografías actuales de sus otros parientes y notar lo delgados que están.
D. Otra profesional de sistemas especialista en bases de datos. Primero arribó su esposo a Buenos Aires y a los pocos meses ella con su pequeño hijo de cuatro años. Ambos trabajan en empresas de informática y tienen cierta capacidad de ahorro. En pocos días llega su hermana junto a su esposo y su pequeña hija. Vivirán con D. hasta que consigan trabajo y puedan alquilar. Mientras tanto ella anhela traer a sus padres, su papá necesita medicinas que en Venezuela no se consiguen o cuestan demasiado, mientras ahorra para traerlos no deja de enviarles dinero y medicinas, siempre con el temor de que no les lleguen.
M. También ella profesional de sistemas. Vino sola y sigue sola. Una luchadora enorme y una gran programadora. Ayuda desde aquí a su familia y se desespera, también ella, por mejorar la situación de su madre y si es posible traerla.
L. Es la más nueva y la que menos conozco pero también veo su lucha incesante por colaborar junto a su esposo para progresar y mejorar la calidad de vida de la familia. Ya están establecidos en un lindo departamento y su pequeño hijo ha comenzado el jardín de infantes. También ellos le han abierto las puertas de su casa a algunos familiares que han venido en los últimos tiempos, la casa es chica pero el corazón y el sentido de solidaridad enormes.
Otro venezolano que estuvo en la empresa pero que ya se ha ido en busca de su progreso es J. un excelente profesional que estuvo poco tiempo pero que dejó su huella en nosotros, también el con sus historias de drama y superación.
Todos ayudan desde aquí a sus familias, todos desean traer a sus padres y familiares, todos trabajan y rinden en sus tareas como si no tuvieran problemas.
Otras historias similares se repiten sin solución de continuidad. Hace pocos días leí en los periódicos que un poeta de aquellas tierras ha podido traer a su familia gracias al rapeo que brinda a los pasajeros ocasionales de los subterráneos de Buenos Aires quienes premian su actuación con buenas propinas, es solo otro ejemplo por fuera de mi propia experiencia.
Sin querer entrar en política, solo una pregunta me hago: ¿Cómo es posible que un país se pueda dar el lujo de perder tal calidad de gente?
Me apena por Venezuela pero me alegra por Argentina, por dos cosas: por recibir esta clase de personas y por darles la oportunidad de comenzar de nuevo.
Si algún venezolano que lee este post tiene planeado llegarse a estas tierras en pos de una nueva oportunidad, encontrará muchos compatriotas y también argentinos dispuestos a ayudarlo.
Héctor Gugliermo
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Muy buenos Héctor, nosotros vivimos una historia así en nuestra familia con la llegada de @ssantiagovzla y puedes verlo aquí muchas gracias por compartir tu historia.
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Acabo de leer tu historia. Si, efectivamente son similares y el drama del desarraigo siempre está presente pero son gente extraordinaria que van a salir adelante. Gracias @jhelbich.
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Es muy inspirador saber que los venezolanos en otras latitudes están saliendo adelante. Gracias.
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Hola @qmmanuel si. Están saliendo adelante y aquí no los dejamos solos. Gracias por leer y opinar.
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