El bosquimano: 2ª parte. (cuento)

in spanish •  7 years ago 

Seguimos fatigando la sabana unas horas más y quisimos que el crepúsculo hiciera acto de presencia, pero no dio siquiera en insinuarse. El calor arreciaba y nuestros víveres eran cada vez más escasos, pero continuamos caminando con la esperanza de encontrar algún estanque que rellenara nuestras cantimploras. Una hora después nos habíamos quedado sin agua y sin comida. Nos creímos muertos, pero no desistimos y tomamos un sendero que bifurcaba el baldío. Al cabo de media hora nos encontramos, para nuestra sorpresa, con dos alfombras de melones flanqueando la vereda. Corrimos de inmediato a hincar los dientes en la jugosa carne de la fruta y nos sentimos vigorizados. Retomamos entonces la marcha y anduvimos un buen rato.

Las horas se daban la mano de minuto en minuto y ya sumaban un número suficiente para provocar el delirio en el hombre, pero la inclemencia del sol seguía coronando la bóveda celeste. Hacía mucho tiempo que no se inclinaba ni un solo grado; parecía que el reloj universal se hubiera detenido en un presente perpetuo que todo lo permea. Para nosotros, sin embargo, sí que se movían las agujas, y los engranajes de nuestro organismo empezaban a oxidarse por el continuo fluir denuestra clepsidra biológica. Pese a todo, seguimos caminando.

kalahari.jpg
Fuente

Tras varias horas la noche todavía se hacía de rogar. En medio de la ruta nos encontramos de nuevo con todos aquellos melones custodiando el camino. Era exactamente el mismo lugar por el que habíamos pasado hace unas horas, una réplica perfecta. Desconcertados, corrimos a comer más melón y reanudamos la marcha con la esperanza de encontrar algo nuevo. Empezamos a pensar que quizás aquellas frutas rastreras no eran reales y no nos aportaban ningún nutriente; empezamos a dudar incluso de nuestra percepción, de nuestra propia vida, pero seguimos caminando para confirmar nuestra propia existencia. Al cabo de unas horas fuimos a parar al mismo lugar. Nos creímos delirando y la sed y el hambre nos obligaron a probar de nuevo aquellas frutas recurrentes. Sin embargo esa fue la última vez que comimos melón. Nos golpearon por la espalda en la cabeza y perdimos el conocimiento. A partir de aquel momento no recuerdo nada.

  • hyperion
Authors get paid when people like you upvote their post.
If you enjoyed what you read here, create your account today and start earning FREE STEEM!