El laboratorio de la hechicera Ana López "la Larga"steemCreated with Sketch.

in spanish •  7 years ago  (edited)

Ana López, conocida como la Larga, fue una anciana del pueblo manchego de Daimiel, en Ciudad Real, que participó en el auto de fe que tuvo lugar en Toledo en 1666. Acusada de herejía y apostasía, las declaraciones de unos testigos, que contaron su inclinación hacia los sortilegios, las hechicerías y las adivinaciones, y las pruebas que se encontraron en su casa, llevaron a esta vieja calcetera directamente a las garras de la Inquisición.

Después de apresarla, en el registro que se hizo de su casa, el escribano, Juan de Ávila, testificó que habían encontrado allí ingredientes de distinta especie sueltos o contenidos en papelitos. Por un lado hallaron pelos de varios colores, estiércol, simiente de mayo, sebo, granos variados..., todo envuelto en un lienzo manchado de sangre. Un médico y un boticario declararon que las manchas parecían menstruales. También reconocieron solimán y rejalgar (venenos muy potentes), polipodio, simiente de zanahoria, nueces de ciprés, alumbre quemado, pelos, granos diversos, habas de mar y tierra, mármol blanco de ara, diferentes tierras, uñas de bestia, un cordón con nudos, trozos de vela, pedazos de suelas de zapatos, una quijada que parecía de de lagarto o erizo y enjundia de niño recién nacido.

Ana López fue presa en Daimiel y encarcelada en Toledo, donde testificó que sabía diversas oraciones para quitar el mal de niños y el mal de ojo. La Larga explicó ante los inquisidores que lo encontrado en su casa no era enjundia de niño sino sebo de macho para los zapatos que arreglaba su marido; que la quijada era de zorro y servía de remedio para el dolor de muelas; que la tierra era, en parte, de la ermita de San Bartolomé, y era buena para curar las calenturas, y en parte estaba cogida de la que pisaban hombres y mujeres y luego le llevaban para poner "amistad" entre ellos. También testificó que las pócimas de polipodio las había aprendido de un médico de Daimiel que se lo había dado para el dolor de hijada y mal de orina. La simiente de zanahoria servía para quitar los fríos en las fiebres tercianas, y el solimán era para matar piojos.

Aunque la mujer pasaba de los sesenta años, se le aplicó tormento para asegurarse de que decía toda la verdad y para ver si confesaba que tenía cómplices. Luego, los inquisidores decidieron actuar "con equidad y misericordia", y la condenaron a salir al auto de fe con los demás penitentes, con una coroza sobre la cabeza y una vela de cera en las manos. Una vez allí, se leyó su sentencia y hubo de abjurar "de levi" (herejía de poca importancia) y fue gravemente reprendida. También se ordenó que fuera sacada a la vergüenza pública por las calles. Por último, se la condenó a pagar los costes de su mantenimiento en la cárcel y se la desterró de las villas de Toledo, Madrid, Daimiel, Manzanares y Ciudad Real, y seis leguas en su contorno (entre 25 y 30 km), por el tiempo de 4 años.

Información extraída del documento AHN Inq. Leg 89 nº 139

Authors get paid when people like you upvote their post.
If you enjoyed what you read here, create your account today and start earning FREE STEEM!
Sort Order:  

He llegado a este artículo a raíz de la lectura de su artículo sobre el pilar de Milán y la peste bubónica.
Tuvo suerte la Larga de salir con vida de manos de la Inquisición.

Bueno, en este caso más bien se podría decir que tuvo suerte la Larga de que hubiese en España Inquisición. En cualquier otro país más al norte o al este la hubieran torturado y ejecutado de manera sumaria. La Inquisición condenó a muerte, sobre todo, a judaizantes, falsos moriscos y herejes protestantes. El resto eran delitos de supersticiones, pecados menores.

Hay muy pocos casos, como el de Zugarramurdi, y este fue, precisamente el último en el que se ejecutaron supuestas brujas; precisamente gracias a las investigaciones de un inquisidor. Si la Inquisición no hubiera actuado en estos casos de hechicería o brujería, lo más seguro es que se hubiesen producido linchamientos populares.

Es otros de los aspectos en los que ha actuado la leyenda negra. Por ejemplo, casi ninguno de los instrumentos de tortura que se muestran en los "museos de la Inquisición" que hay por tantos lugares fueron utilizados por la Inquisición. La mayor parte son del extranjero, o usados por la justicia civil. Había una regla muy clara de que no se podía derramar sangre del reo, y unos tiempos muy bien medidos de cuánto debía durar el tormento, que solían ser el potro, la garrucha o la toca.

Voy a ver si saco todo el material que tengo de cuando investigaba sobre y escribo más artículos. Que me emociono cada vez que hablo sobre el tema jeje.

Congratulations @iaberius! You have completed some achievement on Steemit and have been rewarded with new badge(s) :

Award for the number of comments

Click on any badge to view your own Board of Honor on SteemitBoard.
For more information about SteemitBoard, click here

If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word STOP

By upvoting this notification, you can help all Steemit users. Learn how here!

Esto me ha recordado mucho a La Celestina.

Sí. La Celestina es, precisamente, una alcahueta que se ocupaba de ese tipo de hechicerías amorosas. La Puebla de Montalbán, de donde era Fernando de Rojas, es un pueblo de Castilla-La Mancha, la misma región en la que está ubicado Daimiel (de donde soy yo, por cierto, jeje), pero al otro lado de los Montes de Toledo, a unos 150 km. Frente a lo que sucede en el norte de la península ibérica, donde abundan las aldeas, pedanías y municipios con caseríos dispersos por el monte, aquí en las llanuras de la Meseta Central se formaron villas con más habitantes y con una población más concentrada (debido al tipo de repoblación tras la conquista a los musulmanes). Por eso era más abundante la hechicería que la brujería, considerado un fenómeno eminentemente rural, más propio de comarcas aisladas de Galicia o de los Pirineos.

Es un tema apasionante. Es que, justo al poco de licenciarme, tuve la suerte de que me contratasen para una investigación sobre la brujería y hechicería manchega.

Wow... Sinceramente me sorprende y también me parece interesante el tema. Cabe destacar que me encantó el post.

Si te interesa el tema, te dejo este enlace de Dialnet, de la Universidad de la Rioja. Eva Lara Alberola tiene unas publicaciones muy interesantes que abordan el tema de la hechicería y la brujería en relación con la literatura del Siglo de Oro. Algunas se pueden descargar en su totalidad, y de otras se tiene el resumen y la referencia. Creo que hay alguna específica sobre la Celestina.

https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=628469

GENIAAAAAAL. Disculpa, me he emocionado... Muchas gracias, en serio.

Yo leo esto y digo: "como diablos recibiste tan poquito por este escrito maravilloso", la descripción de lo que encontraron en su casa me la imagine tal cual, y sus maravillosas excusas me trasladaron junto a ella.

Me dan miedo las brujas :(

Muchas gracias por tus palabras. También todos estos comentarios son recompensas. Quizá en su momento no percibió nada en sí el artículo. Pero con él habéis podido ver cómo redacto, y es posible que alguien sintiese más curiosidad y decidiese leer más cosas mías. O ayudó a que fuese considerado digno de pertenecer a un club de talento. Además, he compartido la historia de esta pobre mujer y lo que le sucedió no cae en el olvido.

The @OriginalWorks bot has determined this post by @iaberius to be original material and upvoted(1.5%) it!

ezgif.com-resize.gif

To call @OriginalWorks, simply reply to any post with @originalworks or !originalworks in your message!

hello friend fellow to fellow

Hola, al ver tu nick me me he acordado del primer emir Omeya de Córdoba, en los tiempos de la antigua al-Andalus, Abderramán I, y al primer califa, Abderramán III, el constructor de Medina Azahara. Un saludo.

Vaya, te he votado, pero creo que no ha subido la recompensa, han pasado demasiados días, pero es que lo acabo de encontrar, se me pasó este estupendo artículo.

No pasa nada, me encanta saber que hay gente leyéndome; me motiva para tratar de mantener el nivel de los artículos.