Metas y objetivos.
No tener metas y objetivos claros es por mucho, la mayor causa de baja productividad que puede haber en el día a día, pero no solo no tener claro el objetivo principal, sino que perder de vista los mini objetivos, que nos harán llegar a la meta final, es en general, el talón de Aquiles de muchos.
El día pareciese tener menos horas que hace unos cuantos años atrás, tenemos días intensos, llenos de estímulos y de montones de cosas por resolver pero ¿Realmente cuáles de esas varias acciones te han acercado a tu meta principal?
La baja productividad y el desenfoque se acrecientan con metas a largo plazo sin pequeños objetivos definidos, cuando una meta se aleja mucho del momento actual es proclive su dificultad para realizarla si no se definen objetivos a corto y mediano plazo.
La transformación de la meta principal en mini objetivos, podría ser asociada a la Gradiación de la figura, propuesta realizada por el maestro del diseño Wucius Wong, quien presenta la gradación como una manera de alterar sistemáticamente la figura, llevandola a una forma final a través de una progresión de cambios, bien sea rotación, tamaño, dirección y más.
Fijar metas cercanas, con las cuales podamos ver resultados mensuales y trimestrales fomenta disciplina y autogestión en las personas que están involucradas en el logro de un objetivo. Es complicado que las personas que forman un equipo se autogestionen si la meta es, por ejemplo, “Este año hay que hacer el proyecto”. Para lograr movimientos fluidos en el equipo, hay que implementar dirección y fijar metas accesibles en función de las circunstancias de aquellos que integran el grupo.
La mente humana está preparada para procesar información concreta y específica, así que si deseas alcanzar tu meta de ser astronauta, rockstar o ser un generador de contenido efectivo, tendrás que comenzar a establecer pequeñas metas repartidas en el día, en la semana y así hasta que llegues al mes y por supuesto, hacer uso de la autogestión y la autodisciplina para levantarte del sofá e ir a cumplir esas metas que te has establecido.
Realmente hacer gran cantidad de cosas en menor cantidad de tiempo no es, necesariamente, sinónimo de productividad personal, el secreto está en saber que hacer a cada instante que transcurre, cuando hacer pausas para respirar, cuando es momento de anotar las ideas, cuando es ideal comenzar a desarrollarlas, cuando es momento de salir a caminar para estirar las piernas, cuando es momento de jugar y cuando es momento de trabajar. Para saber qué hay que hacer a cada momento, hay que tener nuestra meta clara y los mini objetivos aún más claros.