En luna callada, con fulgor de estrellas,
un cuarto en silencio de paredes blancas,
aguardan se colme la escena, de cuerpos, de almas,
en un lecho tibio vestido de lava, con doblez de seda.
con alma silente de temor o culpa..
Se envuelve entre sabanas, jazmines,
y lirios abriendo corolas , soltando su aroma…
Y que el mundo cierre todas las cortinas,
pues entre caricias se despierta el Eros
en la flor de loto, gotas de roció...
Hurtándole al tiempo, frías manecillas con hilos de angustia;
con manos que apagan un reloj de espera…
suena su silbato con voz lastimera,
y pone en alerta a los que entregados
en aquel lecho tibio caricias de antojos .
Se versan los ojos, se besan los labios.
Se elevan al nimbo oteando una estrella.
Se quedan callados o tal vez cansados…
que son tan de ella, más por un momento trémula se queda
y lanza un suspiro...
Pues aunque se suspendan los hilos del tiempo,
Su alma ya sabe son besos prohibidos…
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