Traficantes de esclavos, plaga de África.

Una verdad inequívoca es la miseria y hambre además de los abusos que viven las personas en el continente africano, o en muchos países que lo conforman, ejemplo de esto son los jóvenes de Etiopía el segundo país más poblado de África después de Nigeria, por muchas razones los residentes de este tratan de emigrar pasando por otros países buscando una mejor vida y como este país no tiene salida al mar deben hacer su recorrido por tierra, exponiéndose a muchos factores de riesgo siendo uno de los peores el trafico de esclavos.

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En esta ocasión quiero que el mundo conozca la historia de Harun Ahmed, un Etíope de 27 años (casualmente mi misma edad), nació en una provincia llamada Bale, una de las que posee mayor indice de emigración en Etiopía, en el año 2013 Harun decidió emigrar impulsado por la falta de empleo y necesidad por la cual se vio atravesar, primero viajó a Sudán (país que limita al este con Etiopía), donde permaneció un año y algunos meses, luego emprendió su viaje a Libia con otros emigrantes pagando 600$ cada uno a los traficantes, siendo 98 personas las que iban en el camión donde viajaba Harun, las condiciones del traslado eran deplorables teniendo que sentarse unos encima de otros y soportando temperaturas muy elevadas que hacían que el calor fuera insoportable, sin contar con los problemas que se encontraban en el camino como el robo de todo lo que tenían a manos de grupos armados.

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La verdadera pesadilla comenzó en la frontera, luego de viajar durante seis largos días a través del desierto del Sahara y llegar a la frontera de Egipto, Libia y Chad. En este punto los contrabandistas se encontraron para el intercambio de emigrantes, pero quienes se presentaron fueron un grupo de mafiosos los cuales secuestraron a todos y los llevaron a Chad, recorriendo durante dos días más el Sahara hasta su campamento, una vez allí les exigieron la suma de 4000$ para dejarlos libres y habían traído un automóvil dispuesto para esto, el que pudiera pagarlo se podía subir en el, Harun y sus amigos fingieron que tenían el dinero y subieron al auto.

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Luego entrar en el auto los trasladaron en un viaje a un lugar donde vendían emigrantes, los que conducían el auto les dijeron que los habían comprado por 4000$ si tenían esa suma podían "pagar" su libertad, pero sino no irían a ninguna otra parte, en ese lugar habían otros emigrantes que tenían alrededor de seis meses en ese lugar y dice Harun que estos no se veían como seres humanos, "en ese lugar fuimos torturados cada noche, solo nos daban una pequeña cantidad de comida diaria para mantenernos con vida, nos hicieron beber agua caliente mezclada con petroleo para que les pagáramos cuanto antes".

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Durante 80 días esta fue la cruel tortura a la que Harun y los que junto a él no pudieron pagar fueron expuestos, finalmente los traficantes se cansaron y les dijeron que como no pagarían serían vendidos al mejor postor, "durante dos meses no tuvimos nada que comer hasta que solo se veían las formas de nuestros huesos y a quien nos venderían no nos acepto diciendo que quizá hasta un riñón nos faltaba, finalmente un hombre de libia nos compró pagando 3000$ por cada uno, "pensamos que nada peor nos podría pasar pero lo que nos esperaba era un sufrimiento inhumano" dice Harun.

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Fueron torturados con bolsas en la cabeza cortando sus respiraciones, fueron sumergidos en barriles llenos de agua, golpeados con cables de acero, este procedimiento duró un mes hasta que por fin el y sus amigos lograron contactar a sus familiares y rogarles que les enviaran el dinero, los dejaron ir pero no pudieron llegar muy lejos antes de que otra emboscada los capturara y les exigieran 1000$ por dejarlos libres, "las torturas continuaron hasta que nuevamente contactamos a nuestras familias haciendo que vendieran sus tierras ganados y todas sus pertenencias para hacernos llegar el dinero".

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Finalmente fueron liberados y recorrieron mas de 700 km hasta llegar a la capital de Libia, Trípoli, lugar donde aquellos que se arriesgan realizan el peligroso viaje por el mediterráneo, Harun contó al final con suerte y logro llegar a Italia, antes de cruzar a Alemania donde su solicitud de estatus de refugiado fue aceptada . "Ahora me va bien, pero nunca podre olvidar todo lo que sufrimos en este terrible trayecto, amigos murieron, enterramos a uno de ellos en la frontera entre Egipto y Libia, una chica cayo al mediterráneo y solo unos pocos logramos llegar a Europa". "¿Volverías a emprender este viaje?" pregunto un periodista de BBC mundo, "no, siendo sincero solo me faltaba conocimiento cuando salí de mi país, pude haber estudiado y trabajar ahí" "me deje llevar por la situación económica, la política y lo que otras personas decían, jamas volvería a pasar por esto"

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