A veces el mundo da muchas vueltas, y por más que no queramos aceptar la realidad, nos toca hacerlo, no solo por testimonios, un poete una vez dijo, que “las miradas son el verdadero lenguaje del amor” y por más que sea, en gran parte tiene toda la razón. La forma en que se miran, sus sonrisas, y el corazón palpitando a muchas pulsaciones por segundo.
Sin embargo, siempre va a haber alguien demás, que luche y que sea capaz de lo que alguien más no hace, la intención cuenta, el interés cuenta, pero…… ¿De qué vale todo eso sí siempre vas a terminar perdido?.
Una vez, un amigo mío se enamoró, lo consideraba mi hermano, me segundo yo, y lo conocía también que sabía justo lo que pensaba, y cuando menos le llegó una chica a su vida, él la veía cómo una amiga, y siempre supo que en esa amistad algo iba a terminar cambiando, pero se negaba a creerlo.
Hasta qué, luego de varios meses, algo en él cambió, y esa amistad pasó a ser su fuente de inspiración todas las mañanas, siempre me contaba de ella, y medida de que corre el trascurso del día, a cada momento le escribía para saber cómo estaba, se ilusionó, y aún más con las palabras que ella le decía, le decía que lo amaba, pero poco a poco se fue marchitando esa flor.
Hubo traiciones, problemas, mentiras, detalles, y mucho romance, pero ese viejo amigo, pudo entender que…… No importa lo detallista que seas, no importa si eres el más atento, no importa si te preocupas por esa persona, porque si le muestras mucho interés, se volverá a ir, aun cuando estuviste ahí para ella, el amor es algo difícil de entender en ciertos puntos, y a veces duele y mucho.
Ahora sabe, que el “Te amo” se demuestra con acciones y no con palabras, y que ese “No te quiero perder” Se convierte en un dejemos que el tiempo pase.