Los códigos que manejamos para las cosas cotidianas vienen influenciadas por muchas cosas, algunas que ni imaginamos, que no tenemos conciencia de ellas, pero están ahí presentes, por ejemplo, cuando vemos una imagen que es como la que comparto en esta publicación, sin dudas que podemos pensar en películas de terror, de esas que a las personas las persiguen, y corren muy deprisa pero siempre son alcanzados por alguien que va caminando, si, de esas.

No soy amante de ese tipo de película, pero sé que tienen un público muy grande, en realidad gigante, y muchos llegan a disfrutar ese tipo de películas, aunque después tengan pesadillas. Pero ¿Qué hay detrás de todo eso?, hay un juego con lo psicológico, con nuestros miedos más profundos, esos que de alguna manera aprendimos cuando éramos niños, y aún siguen con nosotros hasta la edad adulta.

Para algunos estas situaciones son completamente cosas del pasado, pero para otros en cambio siguen siendo una tortura en la etapa de adulto, pero aún así, no dejan de ver esas películas. Un poco de masoquismo hay en todo esto, el ser humano parece disfrutar con algunas situaciones complejas, como las que muestran el sufrimiento humano, o la pérdida de algo, no digo que todos los humanos tengan tendencia a la maldad, no es eso lo que insinúo, pero es una realidad que esos temas atraen.

Muchas veces me pregunto hasta que punto mucho de lo que está en nuestro sistema de creencias hemos aprendido de películas y series, que tanto es lo que realmente aprendimos en casa como valores, en que punto de nuestra vida formamos eso que consideramos verdad a partir de todo lo que hemos aprendido. Es bastante complejo en realidad pensar en todo esto.

Finalmente, manejamos códigos, que varían todos partiendo del país en el que nos encontremos, incluso los niveles de educación que tengamos y las zonas en las que vivamos, todo nos afecta desde que nacemos hasta que nos hacemos adultos. Es muchas veces difícil poder filtrar lo que ingresa a nuestras mentes, pero se hace necesario tomas conciencia de esto para no caer en falsas creencias y evitar juzgar con una manto de error.