Todo en la vida tiene sus reglas, sea lo que sea que hagamos lo tiene, puede que incluso no las conozcamos, o no las reconozcamos, pero ahí están, y es nuestro deber reconocerlas, porque de no hacerlo, seguro que podríamos entrar en un círculo bastante problemático en el que ningún beneficio tendríamos por ello, y por el contrario, podríamos tener más problemas que beneficios.
Lamentablemente, aunque en gran medida vamos a las escuelas, a instituciones educativas de todo nivel a aprender a convivir con las reglas, más allá de adquirir conocimiento específico, muchas personas tienen gran dificultad para apegarse a cumplir las reglas, las normas en general.
Hay quienes sencillamente llevan la contraria a todo, creyendo que ser autónomos se expresa de esa manera, yendo en contra de todo, y particularmente no lo veo de esa manera, sino más bien necesitamos conocer las reglas al 100%, para ver como las ponemos a trabajar a nuestro favor, y además, como actuamos siempre en torno a estas.
Regalas básicas que se rompen, como las de tránsito son la causa de múltiples accidentes y fallecimientos a nivel mundial, independientemente del país, por mucho desarrollo que exista, siempre hay los que no quieren cumplir con lo mínimo necesario para mantener el equilibrio, por que al final en gran medida se trata de eso, buscar la manera de que todo se mantenga en un proceso estable en el cual no haya grandes problemas por incumplimientos, porque finalmente lo que ocurre es eso, que se generan problemas cuando no se sigue lo que se debe seguir.
Soy de las personas que muchas veces me opongo a ciertas realidades, ya que tengo mi capacidad de pensar que la pongo en práctica permanentemente, y analizo constantemente muchas cosas, y a veces debo expresarme ante ciertas reglas, sobre todo si tengo inconformidad por estas, porque si no me parecen lógicas o que vayan a agregar valor u orden a lo que hago, si siento que más bien podría limitar mucho, prefiero expresarme ante eso.
Pero si en caso tal sigue siendo obligatorio su cumplimiento entonces no queda de otra que cumplirla, porque no soy de los que se opone sólo por oponerse, mucho menos si sé que podría traer problemas con ello. No soy de esos a los que la gente señalará como conflictivo, y que es difícil trabajar conmigo, más bien, por el contrario, me gusta trabajar con gente pensante, y que también genere un ambiente de trabajo cómodo.