Consejos de abuelo

Mientras preparo el siguiente fragmento de El Baco, para el que todavía me faltan las ilustraciones, ahí va para los nietos de los posibles abuelos steemians, lo mismo que les digo a mis nietos:
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Los consejos de un abuelo siempre son recordados, porque los viejos y los niños son los mejores cómplices en el devenir diario. Ya que esto es así, yo, de vez en cuando me permito darles algún consejo porque estoy seguro de que nunca lo olvidarán, y el día de mañana, igual que yo hago, dirán: “me lo decía mi abuelo”.
Es evidente que los consejos a los hijos suelen hacer menos mella, aunque no he dado con el porqué. Los hijos suelen tomar en consideración los consejos de los padres cuando ya son adultos, cuando ya es tarde; y suelen, solemos, decir: "Qué razón tenía mi padre"

Mi nieto es el amarillo y negro que dribló y se coló entre los dos azules antes de meter el mejor gol de su infantil historia deportiva. ¡Como para no caérsele la baba al abuelo ante tal hazaña! Pero ante el peligro de que la vanidad hiciera un agujero en su personalidad de niño me permití darle estos consejos:

“Venga, a ganar los “yellow-negros” a los blanqui-azules… y si perdemos, echamos un “mecachis” o incluso otro taco algo más gordo, pero ni un minuto más de pérdida de tiempo con lamentos, que esto sólo es un juego, y el día siguiente, de nuevo al pupitre del colegio a seguir con el entrenamiento más importante: el del cerebro.

Con 2-0 nos conformaremos. Tampoco hay que ser usureros. Uno para ganar y otro para asegurar. Y ya basta. Y no olvides el refrán de tu tatarabuelo Pedro el porteño, que era mi abuelo el de Buenos Aires: "En la mesa y en el juego se conoce al caballero". Y si se pierde, lo más que haremos será bailar un tango de nostalgia, en su honor y recuerdo, por lo que podría haber sido, haciendo arte de otra manera. Y esto te lo digo yo muy seriamente: burlarte del contrincante derrotado, ni en broma. Y si ves que alguien se burla dando mal ejemplo, no hagas más que echarle una mirada severa, que te entenderá de sobra.”

Al final, con solamente su gol, llegó la victoria. y le remaché en el cerebro:

“¿Ves cómo con 1-0 es suficiente?”