Todo comenzó una noche aparentemente serena; papá con unos amigos tomando en el bar del pueblo, mi tía Amparo “La Bruja” se había ido a un funeral, yo estaba solo en la computadora el tiempo que las entidades me lo permitieron, ¡y digo me lo permitieron! porque las entidades comenzaron a tocar la puerta un par de veces, me levanté y no era nadie, me di cuenta que ya no era normal, como no les hacía caso, buscaron perturbarme o llamar mi atención de varias maneras, sonó el teléfono que mudo no me respondían al otro lado, todo lo que sucedía me sacaba de concentración, luego las luces como en una mini-teca se apagaban y encendían, ¡pero qué va!, no les hice caso, así que me volví al computador y la pantalla estaba negra como los celajes que pasaban de aquí para allá, pero lo más tenebroso fueron las voces de gritos que me asustaron y un olor raro me daba asco el cual no podía definir, mientras los perros no paraban de aullar…
¡Vaina pensé!, tenía razón mi tía Amparo que debía haberla acompañado a los rezos, pues me había dicho que tenía un presentimiento y que debía estar junto a ella, pero seguro que eran las Ánimas, mi problema fue pensar no solo en eso, sino qué tenía algo pendiente con la difunta, así que abrí la puerta, entonces recordé que era muy lejos y que mi tía se iba a quedar para los rezos después del funeral. Así que volví a entrar, que error, pues la entidad o entidades se habían posesionado de la casa, y sobre todo de mi habitación como refugiándose de algo.
En toda una esquina veía a un chamo joven, como de unos 15 años y me impresioné mucho porque estaba todo quemado, allí asocié el olor que tanto me molestaba, el muerto temblaba como una hoja, traté de acercarme pero me tiró contra la pared con un odio bestial, escuché su llanto, me acosté en la cama pensando que hacer
Ahora ese espíritu está conmigo consumiéndome, no me deja hacer nada, me descarga las baterías, me aleja de la gente, tengo que hablar con un cura porque mi tía no va a regresar por un tiempo pues se va a encargar de los rezos, la muerta era su amiga cuya tragedia de vida la llevó a la tumba, además le convenía velar unas cartas pues ella maquillaba y vestía a los muertos. Allí sigue el espíritu que creo está perdido, pero ahora el tipo está con un perro llagado el cual deja gotas de sangre por todos lados que huelen muy mal...... Continuara