En la ribera del Río Curueño hay lugares de ensueño para aparcar y hacer noche, además de una gastronomía increíble, con varios restaurantes donde se come magníficamente a un precio muy reducido. En algunos de estos lugares hay pequeñas pozas en el río donde se puede uno refrescar y en la propia ribera hay tramos de una calzada romana.
El antiguo hotel del Río Curueño aparece también en una de las novelas de Julio Llamazares, bien conocedor de esta zona, donde reside gran parte del año. Concrétamente aparece en "El río de olvido". El escritor narra su llegada y sugiere sin afirmar que tuvo una aventura con dos de las camareras del hotel. ¡Nada menos!
Hoy es una ruina con las entradas tapiadas de la que solo se adivina su antiguo esplendor. Entonces, a principios de siglo,las aguas termales salían del manantial a 32ºC, y estaban indicadas para reumatismos, afecciones del corazón, hipertensión arterial, bronquitís, procesos digestivos, intestinales y urinarios.
Durante la guerra civil fue incendiado y posteriormente restaurado.
Había un dicho popular que decía:
"Adíos Caldas de Nocedo
y sus aguas minerales.
Aquí dejamos nuestros dineros,
pero también nuestros males"
que genial
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