Camino al silencio van las palabras,
en marcha senil de viejos soldados,
rumbo a la anonimia de un tiempo
que va alejándose sin esperanzas.
Entre encrucijadas de intentos vanos
que se han acallado ante la turbulencia
ciega de razones fútiles, estandarte
se un entorno viciado y obsceno.
Camino al silencio marcha el amor,
temeroso ante el embate infortunado
de un raciocinio inconcluso, febril,
que se esconde entre ruinas del mañana.
Sin brújula ni intenciones de llegar
hasta el oscuro callejón del olvido,
entre luces de exóticos tonos y colores
entre el espectro de la mirada, marcha.
Camino al silencio vamos llegando
cual soldados ciegos a la desesperanza,
a la impotencia y al destino huraño
que marca a los fracasados.