Cantabria, Asturias y Palencia tienen la suerte de compartir vecindad y protagonismo con esa indómita frontera natural, que son los mundialmente conocidos Picos de Europa.
El poder y el magnetismo, cualquiera diría que sobrenaturales, que emanan de esas impresionantes montañas, contrasta notablemente con la belleza de unos valles a cuya vera se asientan, como luceros, multitud de pequeños pueblecitos, generalmente aislados en las crudos inviernos cuando los visita el ‘viento del demonio’, el aquerón, pero felizmente saturados de turistas entusiastas en los tórridos veranos.
Se accede a la Liébana desde diferentes lugares, pero generalmente, la ruta más frecuentada y más peligrosa, también, sea la que discurre desde el pueblo asturiano de Potes, por una carretera realmente sinuosa y difícil, que ascendiendo por el impresionante desfiladero de La Hermida, gratifica, no obstante al viajero, con la visión de unos paisajes espectaculares, poniéndole sobre aviso, de que a medida que asciende, va a encontrarse cada vez más cerca de una comarca realmente espléndida y espectacular: la Liébana.
Dejaremos provisionalmente la exploración de esta zona privilegiada y llegando al pueblo de La Hermida, nos dejaremos voluntariamente tentar por la curiosidad y tomaremos un desvío, que nos señala hacia el pueblecito de La Fuente y su iglesia románica de los siglos XII-XIII.
Conveniente será, además, olvidarse del tiempo y pensar, sobre todo, en la relatividad de algo tan incierto como son las distancias en la montaña, toda vez que seguramente, esos cinco kilómetros que nos advertía el cartel, nos parezcan, en realidad, infinitamente más.
Fijémonos, en compensación, en la belleza de los valles, montes y depresiones que nos ofrece esta carretera comarcal que discurre en paralelo al desfiladero de La Hermida y también en el pintoresquismo de los pequeños pueblecitos que vamos dejando atrás y una vez alcanzado nuestro destino, detengámonos frente a la iglesia y seamos corteses con el abuelillo que está sentado a la sombra de su portada principal, orientada a poniente.
Frente a su pregunta: ‘si molesto para la foto, me quito’, continuemos siendo educados y digámosle que no, puesto que al fin y al cabo somos nosotros los que hemos venido a perturbar su paz y sería muy injusto, incluso hasta imperdonable, molestar su honroso recogimiento.
Lo crean o no, esta actitud respetuosa, suele obtener brillantes frutos y al poco de observar nuestro interés por la imaginería medieval desplegada por los canteros, sobre todo en los capiteles del pórtico de entrada, será el mismo abuelillo quien se convierta en cicerone y de hecho, en una inestimable fuente de información, contándonos de primera mano, algunos detalles interesantes de la historia de la iglesia en cuestión. Más adelante, con ellos y con nuestras propias impresiones, ya tendremos tiempo de hacernos cualquier tipo de hipótesis, cábalas y sugerencias.
Por otra parte, no deja de ser interesante la advocación de la iglesia: de Santa Juliana. Santa Juliana es una santa extraña, que posiblemente encubra, bajo su apariencia cristianizada, una deidad anterior, de carácter eminentemente ctónico y ambientada, probablemente, en los antiguos cultos agrícolas tan características de la zona. De hecho, parece ser una figura bastante popular en Cantabria, como lo demuestra el hecho de estar también bajo su advocación la importante Colegiata de Santillana del Mar, en cuya iglesia se localiza su supuesto sepulcro. Generalmente, es representada tirándole de los pelos del demonio, como bien se puede apreciar, por ejemplo, en una interesante representación escultórica que se localiza en la también iglesia románica de Santa María de Siones, en las Merindades burgalesas, zona a donde pudo muy bien ser exportada, siguiendo los avatares peregrinos del Camino de Santiago.
Seguramente saquemos en conclusión, a juzgar por las diferencias artísticas que se aprecian en la ejecución de las esculturas, la presencia y la labor de diferentes canteros, tal vez maestro y aprendiz. Para entonces, el abuelillo –cuyo nombre no recordaremos o simplemente en ningún momento se nos ha dado a conocer- ya nos habrá contado que esta iglesia, como muchas otras de la zona, fue materialmente derruida e incendiada durante los avatares de la espantosa Guerra Civil que asoló España, en ese patético periodo comprendido entre los años 1936 y 1939.
Luego, puede que observando nuestro gesto conmiserativo y sabiéndose receptor de toda nuestra atención, continuará explicándonos que durante mucho tiempo, la nave fue depósito de aperos de labranza y pesebre de ganado, a pesar de que esas mismas estrellas que guían al peregrino hacia destino en Compostela, se miraran en ella a través de los improvisados espejos producidos en el desvencijado y derruido tejado.
Una nave y un tejado, que aun con goteras y el paso franco en invierno a los rigores del viento del demonio –el aquerón, como ya hemos insinuado antes- mal que bien, protegieron de la total intemperie a las distintas familias de etnia gitana que se asentaron a su vera, mientras se hacían cábalas sobre el lugar al que les llevaría en el futuro su brújula nómada. Y poco más o menos aconteció, hasta que en algún iluminado momento de los años noventa del pasado siglo XX, las autoridades pertinentes debieron de darse cuenta de la relativa importancia de lo que estaban a punto de perder irremisiblemente y procedieron a rascarse los bolsillos, arremetiendo una piadosa y oportuna restauración.
En definitiva, una historia que habrán escuchado en el corazón de la Liébana, pero que, de vuelta otra vez por el mismo camino que les ha llevado hasta allí, les hará pensar que podrían haberla escuchado perfectamebte igual, sin variar una coma, en cualquier otra parte de ésta, nuestra antigua Iberia, aquélla donde Hércules le robó los toros a Gerión e hizo lo propio con las manzanas de oro del jardín de las Hespérides.
[Hospital de la Fuenfría, Cercedilla, Madrid, domingo 5 de agosto de 2018]
Si te ha gustado lo que has leído, te invito a visitar el mundo de: @juancar347
diseño: @txatxy
No conocía a Santa Juliana, "Más quiero verte muerta, que cristiana" y tantas torturas a las que fue sometida, definitivamente es grato aprender cosas nuevas con tus textos y viajes.
Las montañas se ven tan bonitas en la primera foto, parecen cortadas con láser o algo así, son exactas y las esculturas, arte de tiempos pasados, que se perpetúan para enseñarnos la historia de un pueblo.
Maravilloso peregrino, eres maravilloso.
Un abrazo tamaño Luna, Sol y Saturno.
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Es agradable ver que la curiosidad, te hace buscar referencias. Pero cuidado, querida amiga, no permitas que 'el humo' ciegue tus ojos. Santa Juliana, como Santa Casilda, como Santa Quiteria, como Santa Marina o Mariña y como tantas otras, encubren, en realidad, a las deidades de carácter agrícola y por defecto matriarcal, de los antiguos cultos: Ceres, Diana, Proserpina... El recuerdo de esos antiguos cultos, queda muchas veces reflejado en las esculturas románicas de estos templos, que no se deben interpretar nunca de manera literal. El entorno, te aseguro que es impresionante. De hecho, en estas montañas se perpetuó la luz de la cultura cuando media Europa se debatía en la oscuridad y la Península Ibérica estaba sojuzgada al Califato cordobés: el monasterio de Santo Toribio de Liébana (en aquélla época, de San Martín de Turienzo), y esa maravillosa obra de arte y simbolismo, que es el denominado 'Beato de Liébana', que serían los comentarios a ese cuarto evangelio, que nada tiene que ver con los otros tres: el Apocalipsis de San Juan. Y dejando aparte estas 'pseudo-verdades', la belleza de los pueblos y las montañas, te contaré un secreto a voces: se come de maravilla. Un abrazo muy fuerte
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Bellos sitios están espectaculares las fotografías.
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Muchas gracias. Aunque apenas se aprecie, es un entorno realmente espectacular.
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
👍
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Gracias
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
all your images are very beautiful ! it is a pleasure for me that you answer me!
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
A pleasure
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
the pleasure is for my heart!
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Thanks
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Why don't you visit my posts?
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
You are right and I apologize. Although it may not seem like it, I just went through a very hard trance, losing a close relative. Of course, it's not an excuse, and sometimes we get used to being visited without applying the courtesy of doing it with others. I will try to solve it, dear friend.
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit