La Melancolía de UlisessteemCreated with Sketch.

in spanish •  6 years ago  (edited)

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Una madrugada, cuando la Diosa tendió la mano a Penélope, acompañándola dulcemente en su viaje al Inframundo, hasta la nave que no ha de tornar –mi señor Ulises, sostiene y yo así lo consigno en estas líneas, que fue un momento muy especial, en el que la Luna se dejaba cortejar por el lobo, mientras el rocío formaba resplandecientes armaduras de lentejuelas en los pechos de las ninfas- y Telémaco se independizó, enrolándose en la tripulación del Holandés Errante, con el incomprensible pretexto de partir en busca de su propia Ítaca, mi señor Ulises, aquejado por la enfermedad de la Melancolía –aquélla misma, que dejó una temporada en coma también al Gran Maestro Alberto Durero- permanecía taciturno y cabizbajo, practicando aquello que los italianos denominan, poéticamente, como ‘dolce far niente’ y sus primos, los íberos, posiblemente menos dotados para las lecciones de solfeo de Orfeo y su encantadora lira, llaman, vulgar y llanamente, ‘tumbarse a la bartola’.
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Verle en aquél estado, inducía a suponer, a cualquier hijo de la Diosa, que mi señor Ulises se encontraba bebiendo aquél vino, que según San Álvaro Cunqueiro -el Druida Mayor de Ítaca- ‘acerca las islas de la nostalgia al corazón’ (1).
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Ahora bien, dejando a un lado el calvario de su vacío, aconteció que una mañana mi señor Ulises, ingeniosamente liberado de la influencia del demonio Meridiano que le había poseído hasta entonces, inoculándole el veneno mortal de la inactividad, se vistió con las antiguas galas de los caminos –accesorios veteranos que le habían acompañado fielmente en sus afortunadas y desventuradas correrías- y echándose el zurrón al hombro –que me recordó, por asociación, la gallarda arrogancia que se otorgaban los senadores romanos cuando hacían lo propio con sus largas túnicas de lino, dándose aquello que siglos después, San Oscar Wilde, llegó a denominar ‘la importancia de llamarse Ernesto’- y aprovechando ese intervalo sublime en el que la Aurora y el Sol se miran durante un segundo infinitesimal en el mismo espejo, abandonó el lecho aún caliente, decidido a emprender la sagrada misión de conocer la Ítaca que nunca se le ocurrió buscar: aquélla en la que nació.
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Y vagando sin prisa pero sin pausa por los alrededores de su propio hogar, fue descubriendo numerosos rincones secretos, cuya existencia siempre había ignorado, pensando, equivocadamente, que la aventura sólo se encuentra más allá de las fronteras de donde se ha nacido, hasta comprender que no hay mayor ni más gratificante aventura, que conocer el lugar donde los Dioses quisieron que se fuera a nacer.
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[Segunda Parte de las Crónicas de Ulises]
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Notas, Referencias y Bibliografía:

(1) Álvaro Cunqueiro: ‘Viajes imaginario y reales’, Tusquets Editores, primera edición, Barcelona, mayo de 1986. La frase forma del relato ‘Regreso de Ulises’, página 175 de la referida edición.

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AVISO: Tanto el texto, como las fotografías que lo acompañan, son de mi exclusiva propiedad intelectual.

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[Martial, latin poet]

Ars vtinam more Animvm qve effingere. Posses pulchrior in ter. Ris nvlla tabella foret.
Arte Ojala pudieras representar. el carácter y el espíritu. No habría sobre la tierra. Imagen más bella

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siempre creemos que las maravillas están lejos cuando las tenemos en casa, pegadas a nuestras puertas
jeje
feliz viernes

Cierto. Nos sorprenderíamos de las maravillas que tenemos, como quien dice, detrás de la vuelta de la esquina. Yo siempre he sido de la opinión, de que el primer reto que tiene un viajero es conocer su propio país. Y yo me siento orgulloso del mío. Sé, creo que por cierta experiencia, que cualquiera de las regiones que se visiten, son hermosas, maravillosas y llenas de tesoros culturales. Son nuestro patrimonio, nuestra herencia. Y esta vieja piel de toro, tiene todavía mucho que decir. Feliz viernes

Perfecto el relato hermano, lo único que me fuera gustado es que el texto estuviera justificado. Saludos y mis respetos mi apoyo con mi voto.

Muchas gracias, amigo @malpica1. Siempre he sido muy cuidadoso con mis entradas, como de hecho, si has pasado por alguno de mis blogs, habrás podido comprobar. No tanto aquí, porque siempre utilizo el método sencillo. Pero prometo tomar nota para el futuro y agradezco y valoro tu apreciación. Un cordial saludo