Siempre me ha causado curiosidad la transformación de los arboles durante las estaciones, las cuales en Venezuela, donde no se diferencian claramente, como en el Norte o en el Sur; en nuestros árboles ocurre una transformación especial. No se desnudan totalmente y si ocurre es en medio de una sequía.
Por encontrarse nuestro país en la zona intertropical, cercana al Ecuador, los venezolanos no podemos vivir la experiencia de las cuatro estaciones; de allí que se identifican dos grandes temporadas: de humedad y sequía.
Los árboles tienen una forma particular de reflejar la influencia de las cuatro estaciones; específicamente me referiré al Apamate, cuyo nombre científico es _Tabebuia rosea- de la familia de los BIGNONIACEAE, es un árbol que alcanza una altura aproximada de 25 metros de altura y es muy utilizado para el ornato de espacios abiertos como parques y plazas.
En mi comunidad hay varios árboles de Apamate; pues ellos nos dan un espectáculo maravilloso de floración y aromas que progresivamente, cuando la flor madura, van desprendiéndose y caen al suelo cual copos de nieve, creando una rosada y mullida alfombra de muy grato olor a jazmín; aunque estoy clara que es el olor a Flor de Apamate, éste me recuerda al jazmín.
Entonces, ese desprendimiento floral del árbol me hace reflexionar sobre la maravilla de la creación; sobre cómo el verano del Sur se une con el invierno del Norte para crear un sistema propicio que permite a éstos árboles experimentar las estaciones y brindarnos este espectáculo de color y olor.
Obviamente, tome muchas fotos, pues que deseaba capturar el momento de la caída de las flores. Creo que lo logré en la ultima imagen, pues la camarita de mi Huawei P7, no es tan precisa, ni toma el movimiento floral en el instante preciso, cuando éstas vuelan en su caída libre y se mueven con la suave brisa.
Ese fue el regalo de la naturaleza ayer tarde y que comparto con ustedes Steemians.
¿Te gustó el relato? Me encantaría leer tus comentarios y tu apoyo al votar este posrt.