El Regalo de Vivir el Instante

 El regalo de vivir el instante 

Muchos de nosotros vivimos la vida como auto en neutro, como zombis o por simple inercia, sin siquiera percatarnos de las cosas maravillosas que pasan a nuestro alrededor.  Solo hace falta echar un vistazo a nuestro alrededor para darnos cuenta, mientras unos están absortos en su teléfono celular, otros caminan con afán para llegar a algún lado, pensando quizá en los miles de cosas que tienen pendientes por hacer, comen mirando la televisión sin fijarse en lo que están comiendo, o simplemente mirando hacia la nada sin que le importe las cosas que hay a su alrededor. 

Motivos de distracción 

Estos momentos en los que tenemos la mirada perdida, estamos por lo general viviendo en el pasado queriendo cambiar con nuestra mente realidades que ya son imposibles de cambiar, o en el futuro tratando de idear posibles resultados de las acciones que tomaremos, con la certeza de que nunca pasará como lo ideamos en nuestra mente. 

Quizá nos sintamos tan agobiados con la realidad que vivimos que buscamos distraernos con el teléfono, la computadora, un videojuego, un amante, un poco de licor o alguna emoción un poco fuerte que sea capaz de desviar nuestros pensamientos de nuestra realidad. Con estas distracciones pudiera parecer que estamos disfrutando el instante, pero la verdad es que poco a poco vamos dejando que estos pequeños distractores abarquen más nuestra cotidianidad para seguir evadiendo la situación actual en la que deberíamos estar viviendo. 

Vivir el Instante 

Cada día trae consigo maravillosos obsequios, si te tomas un momento para ver lo hermoso que puede ser un amanecer o un atardecer estas por buen camino, el día trae consigo un montón de experiencias para disfrutar el día, al levantarnos comenzamos a sentir y a escuchar nuestro cuerpo, si nos damos una ducha aprovechamos el momento de sentir cada gota en nuestro cuerpo, al comer podemos usar nuestros sentidos en cada bocado, cómo se ve, a qué huele, cómo sabe, etc.  

Sí salimos de nuestros hogares, nos percatamos de qué color está el cielo, a quién tenemos al lado en el transporte, ver el paisaje o escuchar el motor del carro. Al llegar a nuestro trabajo, concentrarse en cada detalle de lo que se realiza, poder llegar a casa y hablar con nuestras familias y disfrutar por un rato de su compañía sin ninguna interferencia. 

Claro que no todo es hermoso en nuestro día a día, quizá pasemos por un botadero de basura y tengamos que sentir el olor de los desechos, aunque no lo parezca esas cosas también son parte de disfrutar la vida, pues si en la vida todo fuera color de rosa, fuera muy aburrido.  Nos tocará el día en que tenemos que vivir situaciones desagradables cómo una pelea con tu pareja, la comida quedó muy salada, la computadora se te dañó, nos botaron del trabajo o nuestro sueldo no nos alcanzó para cubrir todos los gastos del mes, pues hay que vivir estos instantes y sentirlos al cien por ciento, pues sólo estas situaciones nos hacen apreciar aún más las cosas buenas que tenemos. 

Por ejemplo, si un día no tuvimos para comer, otro día que si tengamos podremos saborearlo mejor y dar gracias de tener un poco de comida. 

Todos nuestros instantes tienen situaciones por disfrutar y vivir, siempre escuchamos que nos dicen: vive cada día cómo si fuera el último, pero no pensamos que nos vamos a morir, pensamos en hacer cosas que nunca hemos hecho, o que nos gustaría volver a hacer, pero no pensamos en disfrutar y vivir todas aquellas cosas que damos por sentado, como el calor de un rayo de sol. 

Pues te invito a que disfrutes el momento que te tocó vivir, la situación que estás viviendo y que des un vistazo a tu alrededor para que te des cuenta de cada cosa maravillosa que hay a tu alrededor, no te pierdas ni un solo instante.