Desde pequeña, siempre he tenido cierta tendencia a tener múltiples reacciones exageradas en mi piel y sangrar por la nariz. ¿Cuáles reacciones? Se tratan de puntitos rojos que salen en varios lugares de manera espontánea, urticaria, hematomas que no advierto hasta que me duelen y lesiones como habones luego de ser picada por algún insecto, mayormente mosquitos.
Hace ya unos 3 meses que volví a hacer ejercicio. Cuando hago actividades que involucran contacto directo entre mi piel y alguna máquina/pesa, puedo notar algún morado horas después. Estuve investigando métodos para ayudar a mi cuerpo a deshacerse de la grasa localizada que me dejó muchos meses de sedentarismo y comida chatarra. Encontré que la carboxiterapia y radiofrecuencia eran elementos claves para lograr mis objetivos.
El pasado martes acudí a mi primera sesión. Luego de preguntas rutinarias como mi edad, si era alérgica a algo específico o si padecía alguna enfermedad; pasamos a darle inicio al tratamiento. Me acosté en la camilla en ropa interior y la doctora comenzó con la radiofrecuencia. Se trata de una máquina que genera ondas electromagnéticas que impactan directamente el tejido graso. Esta técnica tiene más de 70 años y hoy en día, constituye uno de los tratamientos más eficacez para combatir la flacidez y celulitis.
Sentí una molestia que puedo catalogar en un 8 de 10., más que odo en los laterales de la cadera, zona bastante problemática para mi :) Al culimnar la sesión, solo percibí lo esperado: enrojecimiento de mi piel. Luego pasamos a la carboxiterapia, que se trata de la infiltración vía subcutánea de Dioxido de Carbono (CO2).
Al entrar en contacto con los tejidos, genera un aumento considerable de la presión parcial de oxígeno y esto causa que nuestras celulas tengan mayor oxigenación además de un efecto lipolítico, lo que se traduce en: ¡MENOS GRASA LOCALIZADA! 😅
Con este tratamiento me sentí súper cómoda, un poco de ardor al momento de la entrada del gas y luego cuando me revisé, las respectivas marcas de la aguja (que es imperceptible). Al llegar la noche, sentí que me dolía la región posterior de mi muslo izquierdo. No le presté mucha atención pues estuve ausente por dos semanas del gimnasio y lo atrubuí a la actividad física del día.
Al tocar la zona, la sentí muy caliente así que corrí al espejo. Tenía un hematoma muy grande y que, conforme pasaba el tiempo, se volvía más doloroso. Al revisar otras partes de mi cuerpo, me di cuenta que las zonas donde me aplicaron la carboxiterapia, tenian hematomas chiquititos. No me asusté, pues es algo normal en mi.
Hoy acudí a mi siguiente sesión y la doctora me indicó que la magnitud del hematoma no era normal. Me recetó algunos analgésicos para el dolor y me aplicó una crema en la zona afectada. Trabajó con ultracavitación, una terapia un poco más delicada que me sentó mucho mejor. Reprogramó mis terapias para la próxima semana para que mi piel descanse.
Me explicó tras preguntarme sobre el historial de mi piel, que sufro de fragilidad capilar. Esta condición puede ser grave en algunos casos, el cual no es el mio.
¿Qué es?
Es la debilidad de los vasos sanguíneos más pequeños o mejor conocidos como capilares. Sus paredes deben ser capaces de soportar cierto grado de presión pero cuando están frágiles, suelen ocurrir hemorragias que derivan en hematomas/petequias que van cambiando de color hasta desaparecer.
Causas
Es un problema común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Puede ser hereditario, en mi caso, mi madre también es muy propensa a sufrir lesiones en la piel. Las causas son:
Deficiencia de vitamina C, infecciones, enfermedades hepáticas y renales, problemas de coagulación, consumo de anticoagulantes y uso de corticoesteroides.
Es importante aclarar que es de caracter vasogéno, es decir, netamente relacionado a la estructura de los vasos sanguíneos.
Zonas afectadas
Las partes del cuerpo que más evidencian este problema son: brazos, manos, cara, nariz, ojos (mi mamá sufe de rupturas en esta zona frecuentemente) y piernas.
Síntomas
Hematomas: son la acumulación de sangre tras la ruptura de algunos capilares sanguíneos. Puede ocurrir por un golpe e incluso solo al rozar la piel, si la persona es muy delicada.
Petequias: son otra forma de acumulación de sangre, solo que más pequeña. Inician siendo rojos y van cambiando, al igual que los hematomas, a morado, marrón y amarillo tras los procesos quuímicos que ocurren para su eliminación.
Diagnóstico
En algunos casos es necesario un diagnóstico que permita tomar acciones para mitigar la afección. Se utiliza la prueba del lazo o torniquete. Consiste en la aplicación por parte del medico al paciente de presiones negativas y positivas mediante un manguito de presión arterial.
Se coloca cuatro dedos por encima del codo y luego de ser tomada la tensión, se aplica una presión que esté entre la presión diastólica y sistólica. Este procedimiento debe durar exactamente 5 minutos. Para que sea un diagnóstico positivo, el paciente debe tener en un área de 10 cm2 más de 30 petequias. Se deben examinar el antebrazo, mano o dedos.
Los exámenes de laboratorio también contribuyen. Obtener un valor anormal de plaquetas es indicativo de algún problema que junto a la clínica, debe ser revisado. Sin embargo, no se excluye al paciente con laboratorios normales y clínica, como por ejemplo: mi caso.
Tratamiento
Es necesario aumentar el consumo de vitamina C, pues estimula la producción de colágeno que fortalece las paredes de los capilares. El OMEGA 3 ayuda a la circulación de la sangre, al igual que el ejercicio. La actividad física contribuye de manera muy eficaz a la resistencia y elasticidad de los tejidos.
Esta condición no es catalogada como una patología de cuidado, sin embargo, es importante tomar medidas para frenar la consistencia y progresión de este problema.
Conclusión
Una vez más, personalmente, constato que es indispensable tener un estilo de vida saludable. El ejercicio y la buena alimentación juegan un papel importante en la prevención de las afecciones que pueden causarnos problemas de salud.
Nunca es tarde para tomar la iniciativa y darle a nuestro cuerpo/mente el bienestar que merecen. La fragilidad capilar se percibe más como un problema estético pues la extravasación de sangre en la piel suele ser muy llamativa al dejar notorios hematomas y su proceso de desaparición toma varios días.
Nuestra piel es el órgano más grande del cuerpo y necesita atención. Generalmente, es algo que se convierte en hábito para las mujeres, por el tema del autocuidado y belleza. Sin embargo, los hombres no escapan de este u otros problemas dermatológicos y es imperativo que también tomen acciones preventivas.
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