Cleotilda: cruel realidad venezolana. Por @lecumberre.

in spanish •  6 years ago  (edited)

Cleotilda: cruel realidad venezolana.


Hace unas semanas fui testigo de una cruel realidad venezolana, representada en una mujer que, ante la carencia de techo propio, e incluso, de familia, decidió tomar por residencia una especie de techo que sobresale en las instalaciones, que quedan frente a una panadería muy famosa por los lados del BQ.

El conocido profesor Francisco Rodríguez se fijó en la situación, y movido por la condición humana, y su inquietud por la convivencia, decidió conocer el caso de manera directa, y fue así como se llegó al lugar donde día tras día, y noche tras noche, la misteriosa dama había venido construyendo una especie de hogar.

Indagó, y ella de manera calmada y con pleno raciocinio, le fue contando que venía del llano, y vivía con sus padres y 6 hermanos más, en una casa de bahareque. Le reveló que tenían muchas gallinas, vacas y hasta guacamayas. Sembraban su propia comida, y contaban con un aljibe para el consumo de agua. Pero todo eso se perdió.

Le contó a Francisco que ella era una linda niña que le gustaba verse el rostro en la laguna.

En sus palabras contaba:

.- Mire mijo, ahora estoy aquí sin nada, pero lo poquito que tengo, para mi es mucho. Lo que sí es que a veces recuerdo que un hombre entraba a mi cuarto, aprovechándose de la oscuridad y la soledad, porque me quedaba sola cuidando la casa por varios días, y me tocaba rudamente y me violaba, no le veía el rostro.


El profesor Francisco denunció este caso en las redes sociales. Debo decir que ella solo pedía "diez bolos", y con ello reunía para el sustento. Y fue oída su protesta. Varias veces dialogué con ella, y me sorprendía su juicio y cordura.

Recuerdo que un sábado, con mucha disposición de mi parte, le llevé una bolsita de plástico con lo que en el llano denominan "frito", pero cuando se lo fui a entregar, ella me vio con suma cortesía, y me soltó:

.- No, mijo, yo no como eso. Es muy dañino para la salud.

Con pena y arrepentimiento, agarré mi bolsita de nuevo.

Días después, vi que una patrulla se detuvo, y me acerqué para ver qué trato le darían a Cleotilda, pero de manera muy satisfactoria, noté a dos agentes de policía, (hombre y mujer) que de manera sutil y agradable, la estaban convenciendo para llevársela.

La muchacha le transmitía mucha ternura y dulzura en sus palabras y gestos, y fue así como lograron montarla en la patrulla, pero ella exigió llevarse sus "enseres" y trastos, entre los que figuraban botellas de plástico llenas de agua, platillos también de plástico, un viejo y raído colchón, y otras pertenencias.

Ayer vi al profesor Francisco, y le dije que ante Dios había ganado valiosos puntos. Muy emocionado me preguntó por Cleotilda, y le conté todo. Le reconocí su obra, y lo abracé.

Y alegre debe sentirse pues, Cleotilda debe estar en un lugar mucho más acogedor, seguro y digno de un ser humano.

Esta es la realidad de nuestro país con gente de mucho poder y recursos, pero sin sentimientos.




Autor: Landis Rafael Álvarez Lecumberre
@lecumberre
¡Qué bonito es ser poeta en este hermoso universo
para decir todo en verso desde la a hasta la zeta!


Muchas gracias por leerme, te invito a leer otros de mis escritos.

Te estás enamorando - Poema original por @lecumberre

Balada de la nostalgia

Gracias, querido Señor - Poema original por @Lecumberre

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Apreciado Sancho, esta vez te doy las gracias de una manera distinta, y sin las características acostumbradas de chuscas expresiones, porque te hago llegar mi agradecimiento de una manera muy expresiva al valorar este post que conmueve por su contenido, no por que lo haya hecho mi persona. Recibe una prolongada ovación pues es parte de una especie de homenaje al profesor Francisco Rodríguez, el propulsor de la ayuda a esta señora. Bendiciones de Dios.

¡Impresionante historia! Esa es la gente que de verdad vale la pena. La sensibilidad y el amor a veces pasan desapercibidos. Me alegro que esta bella persona haya tenido un final tan amable como ella misma. ¡Un hurra por ti, amigo!

Así es, Graciela. Pero también hay que destacar que existen personas de muy hermosos sentimientos hacia sus hermanos. Y el profesor Francisco lo demostró. Era una indigente, pero con una clase inusual en estos seres.

Que impactante relato de una realidad estimado profesor Landis, plena de contenido humano.
Un abrazo desde Chile!!!

Saludos, mi hermanazo. Sí, impactante. Lo que noté diferente fue el juicio de la señora. Entablé conversaciones diversas con ella, y tenía muy buena y clara expresión. Su piel era limpia y de saludable aspecto.