Fuente
En éste triste bosque... la vida floral padecía sed, se quejaba el rumor del río sin apenas agua. La montaña clamaba al cielo su agonía. La tierra se resentía, agrietada y sedienta. En un otoño apocado por la sequía
Las aves enloquecían en su vuelo, buscando donde beber...los árboles se debilitaban; sus hojas amarillas caían de sus ramas, agitadas por el viento...y en su declive...sus raíces se secaban. Y sumidos al desespero; todos miraban al cielo, día y noche, esperando lluvia de esas nubes quietas, suspendidas en la atmósfera.
De repente...en la madrugada...una nube blanca, ondulada, uniforme... pone su velo en el cielo.
Su bruma...abraza la cima de la montaña...su niebla, se acerca al suelo terráqueo...despertando al roció para que acaricie con sus gotas, la flora soñolienta, en éste bello amanecer.
. Sus partículas diminutas de agua, caen en éste otoño que acuna el polvo de un verano seco heredado de la primavera.
Y poco a poco rompe a llover con calma, sin alteraciones...en éste precioso lugar; aquejado por su ausencia.
La nube complacida se va...con el viento. Dejando encharcado de vida, éste bosque. Impregnando de nuevas ilusiones el corazón de su fauna.
Donde el coro de las aves trinan de alegría entre los frondosos árboles, repleto de sus hojas verdes, jugando con la brisa. Y la acaricia otoñal; abrazado a la Madre naturaleza.
Qué importante es el agua... qué importante saber cuidarla...porque es la esencia de la vida...y qué poco la cuidamos.
Hola, me gusta ese relato pero me parece como un poema.
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