Buenos días. Comparto con ustedes un tema tan fresco, el amor. Cuando existe impedimentos en el mismo.
Y cuando ambos pensaban que todo iba a cambiar, que todo iba en su “rumbo correcto”, les llega eso a los que todos determinan “tiempo”, ¿tiempo de qué? Se preguntaban los enlazados enamorados, ¿eternos? Eso lo dirá el “tiempo”.
Ellos se miran el uno al otro como si quisieran que su amor dejara rastros, como si ellos quisieran que se notara ese mundo entre él y ella. Y entre silencios, se dicen a la vez millones de palabras, ¿qué se dirán el uno al otro? ¿Qué serán esos lazos que forman al mirarse? Él, sin embargo, parecía ya cansado de no mover los labios, intentando hacerlo se le pronuncia un suave, pero claro “lo siento”.
Ella, por otra parte, piensa, “¿por qué se disculpa?” Sin pronunciar palabras, aún sigue amarrada al silencio que el tiempo les puso. Dejando caer unas cuantas lagrimas se sigue preguntando “¿lo siento?”.
Formaban armoniosamente una melodía triste entre ambos, se podía escuchar, se podía sentir. Era hermosa, pero a la vez deprimente, era ruidosa, a la vez silente. Y entre sus altas y bajas notas, ellos, no, el mundo se pregunta si seguirán haciendo música… juntos, ¿cómo será? ¿Triste? ¿Alegre? ¿Cómo?
Preguntas que trae y lleva el viento alrededor de los enamorados sin que haya un solo movimiento más entre ellos, ¿por qué? ¿Por qué no hay más palabras que ese “lo siento”? Cuando ambos se dijeron alguna vez entre sí “todo irá bien”, ya no se dicen más nada, solo dejan que… el “tiempo” hable. ¿Es amigo o enemigo? Algo en lo que esta preciosa pareja no han pensado, solo siguen ahí, mirándose, creando su mundo, escribiendo su historia, marcando sus notas.
Por fin… la chica se desata del silencio que la dominaba. Tiene un dulce tono de voz, el mundo se sorprende al oírla, ¿de quién es esa voz? Se preguntan, y entre el movimiento de sus rosados labios se pronuncia un “te extraño”.
Huele a tristeza en el aire dice el más sabio del público, mientras que el más inexperto comenta que… huele a pasión guardada, a amor escondido, palabras silenciadas… huele a “tiempo”. Todos lo miran, ninguno habla, ¿por qué no le corroboran eso? ¿Por qué nadie le dice que no es así? ¿Por qué…?
Tienen en su mirada algo que los enamora, algo que los ata, algo que los vuelve locos, ¿será ese algo que ellos no quieren desperdiciar al hacer movimientos? ¿Qué será? El mundo se inquieta por saber, es solo algo que ellos, los jóvenes corazones saben, pero a la vez no, ¿cómo es eso? Preguntó un niño de entre la multitud, nadie sabía responderle… alguien valiente, sensato (dirá uno) se atrevió a decirle… pues, “el tiempo lo dirá”. Todos bajaron la cabeza y miradas, el pequeño no sabía qué decir, volteó su mirada a la pareja y de sus pequeños e inocentes labios salieron ciertas palabras como si fuera el eco de una cueva o una montaña o un lugar desolado…
El… ¿tiempo?