Algunas personas llegan a nuestras vidas con un propósito y es a enseñarnos, a mostrarnos lo que aún no somos capaces de percibir.
En esta parte de mi vida les contaré sobre de mi esposo. El pilar de mi hogar, como dicen por ahí, mi alma gemela. Jorge Gil es su nombre y apellido. Nació el 29/03/66. Actualmente tiene 52 años.
A la edad de doce años tuvo un accidente, bañándose en un río con un grupo de niños, Jorge se resbaló y al caer se golpea con una roca su brazo derecho, un golpe muy fuerte, al tiempo se le fue formando un tumor canceroso, el cuarl ameritó que hubo que amputar el brazo para poder salvar su vida, él lo tomó con tranquilidad al principio, porque había desaparecido el dolor que le ocasionaba el tumor, y en el hospital los médicos le enseñaron a escribir con la mano izquierda, a amarrarse los cordones de los zapatos, lo demás lo aprendió en su día a día.
Al tiempo lo fue superando poco a poco, no fue fácil el proceso. Esto lo convirtió en un hombre fuerte. No le hizo falta el brazo para proponerse muchas cosas y lograrlas con esfuerzo. Lo conocí hace 30 años, de los cuales llevamos casados casi 28. A pesar de su situación con el brazo, yo considero y así lo digo, es mi brazo derecho, aprendí y sigo aprendiendo muchas cosas de él. Me enseñó a ser una persona fuerte e independiente. Me ayuda en las labores del hogar. Como: Lavar, cocinar, entre otros. Siempre está trabajando en algo; no se detiene.
Como yo les decía al principio, no hay que ponerse límites y él nunca se los puso. Es un gran ejemplo, en especial para aquellas personas que han sufrido accidentes similares o diferentes al que él tuvo y hayan perdido algunos de sus miembros. Somos un matrimonio normal y sencillo, pero, mi admiración por mi esposo, crece cada día, al ver que él no se detiene. Siempre dispuesto a ayudar a las personas que lo necesiten en cualquier oficio. Tenemos dos bellas hijas y una hermosa nieta de la cual escribiré posteriormente.
Pido un mundo así, con bellas personas, llenas de emprendimiento, voluntad y deseos de libertad. Mi consejo ¡No se rindan! Dios siempre en nuestras vidas.